El crack

Seguramente ya no viene a cuento. Seguro que cualquier comentario sobre la Gala de los Goya ya está de más. Tengo clarísimo que han visto Vds todos los trajecitos a través de las múltiples páginas de periódicos y de digitales y de revistas del corazón que les han mostrado a todos nuestros lectores los vestiditos, los diseñadores y hasta las reivindicaciones de cada uno con sus vidas imposibles, inalcanzables. Desde sus redes sociales donde se dicen entre ellos lo guapos que son, lo guapos que están, lo bien que lo han pasado juntos, lo que les encanta el trabajo del otro, aunque el trabajo del otro, a veces, sea una porquería. Porque, en esa gala, por cierto, cada uno, si ha tenido la oportunidad, ha dicho lo que ha querido. Se ha pedido dinero público para hacer cine antifascista, se ha pedido dinero público insultando a los que lo discuten. Yo quiero dinero público para la cultura, claro que sí. Lo quiero para todos, para lo que pide Eduardo Casanova pero también para Garci. Y no es posible, ni humano, ni justo, que se haga mofa en esa gala de Garci, que no ha sido nominado. Hacer una broma tan innecesaria sobre la falta de posibilidades de un director que lo ha sido todo en el cine español, es de ser muy cabrones. José Luis Garci es un director libérrimo, absolutamente outsider. Si Garci hubiera querido subirse al tren de la corrección política, con alzar una ceja sacaría notable. Por eso me parece mucho peor que, en una gala donde se reivindica salirse de los márgenes, la burla sea para un director que ni está, ni se le espera, al que se ha obviado, que no ha pedido nada, que está en su casa y que no ha dicho ni mú. Pues Jose, hijo, si no te dejan en paz, es que les jodes. Pobres.