Gatos

Hoy es el Día Internacional de los Gatos. No me pregunten por qué, pero lo es. Yo no lo decido, ojo, como tampoco decido el Día Mundial de la Pipa y también es hoy. Hoy es el día de los gatos y quiero felicitar desde aquí a todos aquellos que tienen gato. Yo tengo perro y siempre oí decir que el mejor de los gatos no le llega ni al tobillo al peor de los perros, por lo que mando un abrazo a todos aquellos que quisieron tener cerca a un animal arisco, independiente, poco manejable y cabezón. Una mascota que no necesita salir a la calle pero que, si sale, puede irse tan ricamente y no acordarse de tu cara, disfrutar de una vida llena de aventuras, de mordiscos, de noches al aire libre y seguir siendo un ser vivo completo. Seguro que recuerdan que Higuaín era un perro y un gato era Benzemá, según el súper villano Mourinho, lo que parecía indicar que el francés era una bailarina de ballet y el argentino un tipo en el que se podía confiar, así que de nuevo los gatos cultivaron una fama inmerecida porque lo que le pasa a Benzemá es que de vez en cuando se come a Garfield. El gato negro es un capítulo aparte. Los gatos negros son unos apestados sociales, son los que traen y provocan mala suerte, son esos animalitos de los que la gente huye, como si en vez de ser gatos negros fueran candidatos de Ciudadanos. Ser gato no es fácil. Es mucho más fácil ser un perro, aunque el perro tenga mal carácter. Aunque el perro tenga el mismo tono de ladrido que posee el Ministro Ávalos siempre concitará simpatías. Pobre perro, la culpa la tiene su dueño, que no le sabe educar y por eso se engorila. Pero a un gato nadie le educa. No se deja. Vive agazapado en su rebeldía.Y se limpia solo. Es mucho más de lo que se puede decir de bastantes personas, ¿no?