Opinión

Armageddon

Yo creo que ya nos hemos vuelto locos todos. Pero todos. Lo que estamos viviendo, si nos lo cuentan en una peli apocalíptica (de esas en que caen meteoritos, se propaga un virus letal y maligno por parte de los gobiernos capitalistas que quieren putearnos y todas esas teorías conspiranoicas) no nos lo creemos. Si nos lo cuentan en una serie, creeríamos que es una flipada de los guionistas a base de porros). Que nos estemos echando los trastos a la cabeza por haber salido a una manifestación o un mitin, que se esté culpando a los organizadores es de tener una «pedrá» muy gorda.Pongo un par de ejemplos muy claros de la enajenación mental transitoria. Un político. Que vive de eso, personaje público. Pablo Echenique, portavoz de Podemos y todo eso que es, adjunto en el Congreso de los Diputados, señala a Ortega Smith, secretario general de Vox, de ser irresponsable en todos los actos en los que ha estado en los últimos días. Lo hace feo, innecesario, grosero. No viene a cuento ahora y me parece que no les puede gustar ni a sus votantes. Creo. Vaya por delante que a mí, Ortega Smith, me provoca el mismo rechazo que a cualquier mujer con una mínima conciencia sobre violencia machista. Y, de pronto, aparece del otro lado, Cayetano Rivera. Ay, dice el torero con más moscosos del mundo, el que pasa por ser el más intelectual de los matadores de toros que «el Gobierno prefiere matar que morir» permitiendo la «manifestación propagandística del 8-M». Mire Vd, maestro: debe ser que los toros son a puerta cerrada. Debe ser que Vd. Distingue entre concentraciones, dependiendo de quienes sean los asistentes. Saludos a las mujeres de su vida. Todo esto se lee en las redes sociales. Estamos en un momento en que tienes que colgar de tu madre y ni siquiera poder besarla. Vaya frenopático tenemos montado, criaturas.