Por conciencia

Por responsabilidad con la sociedad, me voy a encerrar en casa. «Mi conciencia: No tenías ningún plan tampoco». Soy una persona formada y evidentemente soy consciente de mi responsabilidad individual. Hay que ser disciplinado y, no por mí, por los demás, me voy a quedar en la casa para no fastidiar a los servicios sanitarios. «Mi conciencia: El bicho no te ha anulado ningún plan». Yo como mucho, voy a sacar a mi perro Perry a un paseíto por el parque, pero sin saludar, porque estos días no son momentos de pararse a conversar de nada. «Mi conciencia: no te preocupes que no te aguanta ni el Tato». Y ayer ya bajé al supermercado y he comprado con cabeza y sin volverme loca. «Mi conciencia: Solo has comprado cervezas». Hay que mirarlo todo desde un punto de vista positivo. Quizá ya podamos comer carne «mechá», quizá leamos más, veamos más películas y las familias puedan estar más unidas y conocerse mejor. «Mi conciencia: Pero si no tienes pino del que colgarte». Yo, sin ir más lejos y para pasar el domingo entretenida, me voy a poner una mascarilla para el pelo y otra para la cara, sin prisa y gustándome. «Mi conciencia: Lo más urgente es que te depiles, felpudo». Y, luego mantener la calma, tomar alguna vitamina para reforzar defensas, lavarse mucho las manos, y comer bien. «Mi conciencia: Lo que tienes que hacer es cerrar ese pozo que tienes por boca». Y, por encima de todo, dejar de ser efusiva. No abrazarnos, no besarnos, no tocarnos, no ser cariñosos. Mirar a los ojos cinco segundo más de lo que lo hacemos para demostrar nuestros sentimientos. «Mi conciencia: A ti no te tocan ni con un palo». Es decir, que no voy a cambiar mi día a día ni mi vida de mierda. ¿Tengo o no muchísima suerte estos días? Feliz encierro, españoles.