Opinión

Yo, Leonor

Pues miren, si es que tengo que reaparecer. Ya que voy a ser la que salve a este país, en estos momentos creo necesaria mi presencia. Lo del confinamiento lo llevamos mejor que Vds, ya lo saben. Nosotros estamos constantemente confinados, queridos. Si salimos lo justo y de traje y no se nos puede tocar. Cuál es el problema que tienen Vds, a ver, que no lo encuentro. Hay que comer sano. Pero si mi hermana y yo llevamos a caballa y acelgas desde que nacimos, oigan. CUÁL ES EL PROBLEMA. No abrazarse, no tocarse. Ahí lo llevamos regular porque Altibajos se empeña en ponernos el pelo detrás de la oreja, todo el rato, como si la oreja fuera una parte del cuerpo bonica. Pues hala, ahí, con la oreja fuera. Pero no nos tocamos, porque eso, es cosa de Vds. Altibajos siempre un pasito por detrás y mi So y yo sin rozarnos, ojo. Yo vestida de bebé y mi hermana de bebé al que se le quedan las cosas pequeñas para su edad. Pero lo mejor de todo esto es que Altibajos ha mostrado su despacho. Las revistas y los periódicos han enseñado dónde trabaja y han enseñado también dónde curran las Altibajos reales de otros países. Las Altibajos de otros países tienen despachitos con libros, con fotos, con recuerdos personales, con cuadros de antepasados. Con su alfombra, su pulgón, su polvo encima de los adornos. Con sus sonrisas, sus gestos de estar «agustísimo». Bueno, pues no. Ha salido ella en el despacho que es un quirófano, con cara de proctóloga, todo así como blanco, sin una PUÑETERA FOTO DE SUS HIJAS. Nada. No vaya a ser que la tomen por ñoña. Nada, oye. Habrán visto cómo le queda de mona la mascarilla a «nuestrohijoFelipe», ¿no? Porque este es otro tema, lo bien que le sienta a mi padre un problema, «pobrecico» mío. Es que tenía que aparecer. Se me cuiden. Que quiero reinarles.