Opinión

Los aplausos

No sé si Vds tienen perro, pero a los perros no les suelen gustar los aplausos de las ocho de la tarde. Les da un poco de miedo ese ruido y tienen problemas para asumirlo como algo natural. Ni saben si son de alegría o de pena o es que se está pidiendo auxilio. Los perros no lo pasan bien a las ocho de la tarde y es entendible que nada de eso les guste. Otra cosa son esos pelotudos que se hacen los modernos. Esos pelotudos que ahora dicen que no les mola salir a las ventanas, a los balcones, a las terrazas para decirle a los sanitarios y a todos los sectores que son esenciales y deben seguir trabajando que muchas gracias. Que no mola. Que no es moderno, porque ahora lo moderno es no aplaudir. Lo moderno es amargarse. Pues a todos esos modernos hay que decirles que nos importa un carajo lo que piensen en sus casas. Nos importa una mierda que nos crean imbéciles, o fascistas, o españolazos, o tontos, o vendidos, o que piensen que nos estamos plegando al discurso oficialista para tapar la verdad. Me chupa un huevo. Los niños aprenden de este aplauso también. Aprenden a pensar en los demás y se divierten, es una motivación. Pero, fundamentalmente, no se trata de lo que siente el que aplaude. Se trata de lo que siente el que lo recibe. Y si ese aplauso, uno solo, un solo día, le vale a uno solo de los sanitarios que se están dejando los cuernos, a los policías, a los empleados de la limpieza, a los trabajadores de los supermercados, a los transportistas, me chupa un huevo lo que piensen los modernos. Si a uno solo de todos esos sectores le vale, a mí me vale la pena salir todos los días a las ocho a que mi perro pase un rato jodido. Hala, a Parla.