Opinión

La fase

Pero,a ver, ¿cómo vamos a pasar de fase en Madrid? El viernes, se abrieron en la capital algunos pequeños parques. Era absolutamente necesario para descongestionar zonas que soportaban una densidad excesiva. Se abren los parques, se abre el parque que yo tengo delante. Pues no van los runners. Se abre el parque, que es una maravilla. No van los runners, van a la ribera del río que está hasta las trancas. Ni los ciclistas, ni los niños a su hora, ni los mayores a su hora. No llevan mascarilla, ni guantes, no llevan nada, van juntos, en pandilla. Hay jovencitos que, cuando cae la tarde, quedan a tomar litronas; hay personas que se acercan por la acera como si nada pasara; vecinos que se cruzan por la escalera y ni se retiran, ni se mueven, les da lo mismo. Amigos que van a ver a sus padres, que pillaron el bicho. Que hacen kilómetros, que les da lo mismo haberlo pasado y no tener un test que les diga que todo está bien y se siguen mezclando. Todo eso está ocurriendo en Madrid, una comunidad en la que la Directora General de Salud Pública ha dimitido porque no estaba de acuerdo con pasar de fase. Yolanda Fuentes, que es, seguramente, de las pocas personas sensatas en esta pandemia, dijo «hasta aquí». Y se largó. ¿Cuál es el problema que tiene la señora Isabel Díaz Ayuso y su Vicepresidente Aguado? ¿Cuál es el problema para entender que, considerando que la economía es importantísima, les dimite una experta por decencia, y se les ocurre mantener la idea de pasar de fase? ¿Qué les pasa por la cabeza? ¿Es buenísimo que lo haga Ayuso, pero si lo pide Cataluña o País Vasco es una masacre anunciada? Estoy convencida de que el Alcalde de Madrid, Almeida, está tranquilo. Está más tranquilo sin haber pasado de fase. Miren, o le ponemos cabeza a esto, o nos vamos a la mierda por mucho tiempo. Nos merecemos un meteorito gordo, joder.