Opinión
Por Dios, Jesús
El pasado 24 de marzo, un hombre postrado en una cama, convaleciente por coronavirus, pedía ayuda. Se llama Fernando. Está enfermo en ese momento, y es médico. Tenía fiebre pero era capaz de escribir, y de tener presente una realidad que el destinatario de la petición ignoraba. Ignorar de no hacer caso, no de desconocer. Ese médico, Fernando Gómez Bermejo, es el Presidente del Colegio Oficial de Médicos de Albacete y el destinatario era Jesús. Jesús Fernández Sanz, Consejero de Sanidad de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha y colega de Fernando. Colega de profesión, digo. O sea, médico. Fernando le pedía a Jesús ayuda. En aquella fecha, ni siquiera había reactivos para saber quién tenía el bicho, así que Fernando intuía que lo tenía por los conocimientos de su profesión. Fernando le envió a Jesús un wasap. «Los pacientes están en el Hospital General, por los suelos, taponando las puertas. Albacete es dantesca. Vamos a caer todos. Cuando no estemos nosotros, quién va a cuidar y curar a los pacientes. Por Dios, Jesús, te pido, por favor, toda la ayuda que puedas dar a Albacete, te lo pido por caridad y por la desesperación que tienen los pacientes y sanitarios». Tres días antes, Jesús afirmaba que las Urgencias no estaban aglomeradas. Dos días antes dice que hay camas libres y respiradores disponibles. Dos días después, Emiliano García-Page, Presidente de la Comunidad de Castilla-La Mancha, asegura que la capacidad de respuesta ha sido extraordinaria. Ese wasap nunca tuvo ni obtuvo contestación. Así que, la verdad, es que cuando todo esto acabe, habrá que llamar a Jesús. Habrá que llamarle para que nos cuente cuándo olvidó los códigos de deontología médica, desde qué punto de vista se puede dejar a un colega sin asistencia. Y a Emiliano igual no hay ni que llamarle. Que parece que ni está conectado desde hace bastante, ni se le espera.
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