Opinión

Paren ya

El padre de Pablo Iglesias no es un terrorista. Cayetana Álvarez de Toledo, que es una brillante oradora, dijo lo contrario con bastante osadía. Lo dijo en un debate en el Congreso de los Diputados que, de verdad, no está a la altura de las necesidades y expectativas de la ciudadanía en estos momentos tan jodidos. Oigan, déjense de chorradas y vayan a lo que está pasando. Es verdad que el padre de Pablo Iglesias perteneció a una organización vinculada al comunismo más radical español que cometió asesinatos y acciones violentas, pero su padre no participó en esos actos, no fue juzgado por ellos. Estuvo en la cárcel por repartir propaganda, que no es un delito por el que ahora debiera regresar al debate político en un parlamento. Y no es lo mismo tachar a alguien de «marquesa» que de «terrorista». No, mire, Cayetana, no lo es. Llamar al padre de Pablo Iglesias «terrorista» es, como poco, improcedente. Ni siquiera es legítimo. Los delitos, en cualquier caso, son individuales y no son hereditarios. Esto, también es verdad, debería apuntárselo Pablo Iglesias, que señala a los chavales de veinte años que votan al PP como responsables de las cunetas y los excesos del franquismo. Ahora bien, si mi padre hubiera tenido un pasado relacionado de manera tangencial con una organización que tuviera mínimamente que ver con la muerte de alguien, yo no presumiría de ello. Porque una cosa es que pongamos las cosas en su contexto y otra muy distinta, que presumamos. Oigan, déjense de leches. Déjense de mirarse el culo y pónganse a lo que hay que ponerse. Me importa un carajo si una es de buena familia y el otro tiene un padre que militó en no sé qué. En qué están pensado Vds, de verdad, en qué están pensando. Qué les pasa. Hay mucha gente dañada ahí fuera como para que Vds estén en sus cuitas personales y en sus inquinas. Vayan a lo importante. O váyanse a la mierda.