Opinión

Ni uno bueno

Vivo en Madrid. No vivo en las zonas con restricciones, vaya por delante, porque aquí parece que mucha gente conoce de sobra todos esos barrios y han ido, con suerte, casi de excursión. Ahora aparecen los que se sienten carabancheleros, vallecanos, sureños, y presumen de ello y, sinceramente, se les notan las costuras. Sacar pecho en estas ocasiones tiene siempre la misma lectura: en cuanto pudiste, te fuiste. Y nada puedo decirles excepto que, por favor, no presuman de sufrir lo que van a seguir sufriendo esas zonas. Por ir por tiempos, comencemos por la rueda de prensa del gobierno regional, que fue de traca. La señora Presidenta, el Consejero de Sanidad e Ignacio Aguado (un señor de Ciudadanos que no sabemos qué pintaba en esa comparecencia) tardaron UNA HORA en especificar los distritos que van a sufrir las restricciones. Debe ser que los compañeros desplazados a la sede del Gobierno Regional lo tenían avanzando por escrito o, eran de medios nacionales sin lugar para especificaciones o, ignoro las razones por las que no fue la primera pregunta para los portavoces de algo tan sumamente sensible para tanta gente y tantas familias. Esa rueda de prensa fue la viva imagen de lo que se vive en este país, es decir, un desconcierto y una clarísima falta de idea de todo, más allá de pisar los callos del contrincante. Les da igual, no disimulemos. Nadie tiene una hoja de ruta, no saben, no pretenden aprender y les interesa nada lo que la gente sufra. Aquí y, en primer lugar, están a sus intereses partidistas, rastreros, y orgánicos. Veníamos y venimos de una gestión lamentable por Sánchez (que va mañana a ver a Ayuso y en la conversación va a sonar un grillo de fondo)  y estamos en brazos de una gestión incapaz por parte de la Comunidad de Madrid. Pero, sale de pronto Pablo Iglesias y pretende, con la que está cayendo, que abramos el debate sobre la monarquía. Es la demostración de que, a pesar de la carrera de politología, hay ministros que no tienen inteligencia política, ni empatía con el sufrimiento, ni tampoco tienen remedio. Vayámonos a la mierda.