Opinión

Yo, Leonor

A ver si pego el estirón de una puñetera vez, porque voy vestida como si fuera la del Mago de Oz. No puedo ir más cursi, por Dios Bendito. Qué clase de jersey remetío por la falda me pusieron el otro día que era fiesta. Qué brillos eran esos que llevé en mis Premios, con esos taconcitos de charol que no me pueden dar más asco, por favor, que me hacen las piernas sin forma ni tobillo, que parezco de la familia real belga, que son todos unos sinsangre.. Ahora, eso sí, Altibajos iba que paraba el tráfico en Asturias. Ella, sí, claro, ella con un vestidazo y enseñando el hombro trabajado con las pesas. Ella, sí, y nosotras dos pavisosas. Porque mi hermana So, la pobre, iba también de traca, que parecía Doña Toda, que le faltaba nada más que servir jarras de cerveza en mesas corridas repletas de alemanes. Yo, de todas formas, es que parezco una noña en las fotos.
Que eso me dice Altibajos: mucho parecer un angelito y luego en la casa una diabla. Cualquier día rompo en gótica y echo voz de llamarme Ramón y entonces vendrán los aymadresmías y los llantos. No se me puede vestir de esa manera, no me lo merezco. Merezco pegar un estirón, ir desgarbada y con chepa, que me salgan granos a cascoporro, aplaudir como un estibador y sentarme agropecuariamente. Entonces así yo sería feliz y Altibajos tendría que ingresarse unos días en la López Ibor de cuando en cuando y en este hogar nos soltaríamos un poco la faja.
A Asturias se vino la yaya y aquí seguimos, esperando que aparezca el yayo que por lo visto está entre aburrido y acogotao por lo que larga la rubia que, por cierto, se ha operado fatal la cara. Elegir bien a tu cirujano plástico es un don, una virtud, y ahí es donde Altibajos es imbatible. Ahí, sí, para qué vamos a decir otra cosa. Ea, que me voy, que está mi hermana pegando balonazos y se va a cargar la platería.