La Filo

Ha caído una nevada en España y la culpa es de Filomena. Primero, en Octubre, fue Alex. Luego vino Bárbara, Clement, Dora, Ernest y ahora es Filomena, la pobre, que encima nos ha venido a rematar las esperanzas sobre este nuevo año que ha comenzado como la filmografía de Will Smith. Bueno, ha caído en bastante sitios en nuestro país pero lo que mola es enseñar Madrid, que ya saben los de fuera que acapara todo el interés informativo, es decir, puede que haya problemas en otros lugares pero Vds comprenderán que lo de la capital es universal. Da igual que hables de un restaurante, de un concierto o de una clínica: Madrid es el ombligo y luego ya veremos. La cosa es que ha llegado Filomena con todo su Frozen y está buena parte del paisito en blanco y negro, con esas fotos tan bonitas y tan coñazo que nos están llenando la memoria del móvil. Hagámonos, ahora que estamos hablando de algo diferente al coronavirus, algunas preguntas esenciales. ¿Por qué el español mesetario, que ha visto ya alguna nevadita, se ha pasado las últimas cuarenta y ocho horas o setenta y dos (porque aquí se graba y se inmortaliza lo que haga falta) enviando todos y cada uno de los momentos que se contemplan desde su ventana? ¿Piensa el ciudadano español que sus conciudadanos, muchos de los cuales viven a ochocientos cincuenta metros, no han visto la nieve? ¿Creen que se la han perdido, que se han despistado quizá? ¿Tienen dudas sobre si la nevada discrimina por esquinas? Si hay avisos por oleaje, ¿qué lleva a un ser humano a pasear cerca de la playa corriendo? ¿Cuál es la motivación de una persona para querer sacar el coche de debajo del hielo para conducir en una pista de patinaje? ¿De qué son los bocadillos que reparte la UME? Si son de jamón, ¿es jamón del bueno? ¿Alguien le restriega un tomate para que no se haga bola? ¿Es normal que siga el terraceo? ¿Va a caer ya el meteorito?