Opinión

Yo, Leonor

“Padre, le estaba comentado a madre, que igual me echo un novio o dos en Gales”

Estoy loca por irme al castillo ese ya, eh. Loca estoy por perder de vista la sopa de acelgas y la caballa a la plancha, que me va a salir el omega 3 por las orejas. El otro día se lo dije a Altibajos: “¿Tú has mirado bien que me mandas a un sitio donde en el desayuno me puedo poner púa a salchichas y panceta? ¿O es que pretendes que desprecie la gastronomía galesa a las primeras de cambio? ¿Pretendes que no moje servidora el pan ese de mantequilla en la salsa de los estofados? Voy a volver del castillo que voy a parecer Peggy en “Cerdada espacial”. Yo ya me imagino haciendo la marrana en la habitación, ahí con mis compañeras, hacinadas, compartiendo calcetines y sin ducharnos los sábados. Eso va a ser como soltarme la faja, qué felicidad más grande. Ah, y le he dicho también a Altibajos que como hay tíos de hasta diecinueve años igual me pego los primeros besos allí. La he visto ponerse del color de la tostadora pero, cuando estaba a punto de echar fuego ha entrado nuestrohijoFelipe y ha disimulado. “Padre, le estaba comentado a madre, que igual me echo un novio o dos en Gales”. “Mi vida -me respondió- eso no es lo ideal. Vas allí a formarte y a establecer vínculos de respeto con jóvenes de diferentes nacionalidades”. Y ahí tenía yo la bala preparada. “Ya, pero Altibajos se fue a Méjico a estudiar en sus tiempos mozos y se lo pasó como un gorrino en un charco”. Mira. Eso no era una mujer, era el pebetero de los Juegos Olímpicos de Barcelona. Yo pensé que me iba a caer la del pulpo, pero nuestrohijoFelipe le ha dicho que no me castigue ni nada porque puedo llegar a Gales, si me encierra, como un caballo desbocao y es peor el remedio que la enfermedad. Voy a mirar si hay cantina en el castillo.  Porque habrá que echarse un mus, ¿no?