Impuestos
La doble vara de la ministra Montero
«Montero crea una comisión para la reforma fiscal, pero ella ya ha dicho lo que quiere»
María Jesús Montero, ministra de Hacienda, dio ayer el pistoletazo de salida a su reforma fiscal con la presentación de su Comité de expertos, encabezado por Jesús Ruíz Huertas. La jefa del fisco, por si acaso, ha anunciado lo que quiere: subida del impuesto de sociedades y a las rentas altas y armonización fiscal autonómica, lo que significa obligar a Madrid a aplicar el impuesto de patrimonio y el de sucesiones. El tiempo demostrará si los miembros de la Comisión son independientes o correa de transmisión de del Gobierno. La ministra ha dado un año de plazo a los expertos pero, sin esperar al informe final, quiere que los Presupuestos de 2022 contemplen las grandes subidas: sociedades, patrimonio y sucesiones. Y puede conseguirlo, porque votos para una política fiscal populista no parece que le vayan a faltar a Sánchez.
Uno de los objetivos de una reforma fiscal suele ser recaudar más para gastar más. También puede haber otros objetivos, populistas ante las urnas, como perseguir fiscalmente a todo lo que suene a riqueza, al margen de que rente o no para el erario público. España recauda menos que otros países porque los impuestos, sobre todo IVA y sociedades, tienen desgravaciones infinitas, no porque los tipos impositivos sean menores. Esa es la clave. Cientos de informes lo constatan y la nueva Comisión también lo dirá, recomiende luego lo que recomiende. Montero, por otra parte, apela al ejemplo del presidente Biden, que pide una armonización mundial del impuesto de sociedades a las grandes corporaciones, pero al mismo tiempo la ministra olvida que España es en la práctica el único país en el que existen los impuestos de patrimonio y sucesiones y en el que los tributos sobre la riqueza figuran entre los más altos del mundo. El problema de la reforma es que satisfaga intereses políticos, no las necesidades fiscales del Estado y sea otra oportunidad perdida. Es, y ella lo sabe, la doble vara de medir de la ministra Montero, que quizá no recuerde la frase que Leo Mattersdorf, amigo de Einstein, atribuyó al genio: «Lo más difícil de entender en el mundo es el impuesto sobre la renta».
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