
Sin Perdón
Israel y el derecho a la legítima defensa
«El 7 de octubre de 2023 las brigadas al-Qassam no actuaron como un grupo autónomo, sino como el instrumento militar del gobierno de Hamás»
Los atentados del 11-S provocaron alrededor de 3.000 muertos y unos 6.000 heridos, aunque se estima que hubo más de 4.600 muertes adicionales hasta 2022. Al horror de la brutal matanza se unió que había sido un ataque al corazón de la primera potencia mundial. La mayoría de los gobiernos condenaron los ataques y expresaron su solidaridad, pero no todos apoyaron la respuesta militar. Estados Unidos justificó la invasión de Afganistán en 2001 apelando al derecho de legítima defensa reconocido por el artículo 51 de la Carta de la ONU, argumentando que el régimen talibán albergaba y apoyaba activamente a Al Qaeda, responsable de los atentados. En este sentido, acusó a los talibanes de permitir campos de entrenamiento de Al Qaeda en su territorio, se negaron a extraditar a Bin Laden y no desmantelaron la infraestructura terrorista. Un cálculo aproximado de los muertos directos por la guerra, que concluyó años después con la patética retirada de las fuerzas estadounidenses ordenada por Biden, se situaría entre 170.000 y 240.000 personas. En lo que hace referencia a los heridos, superarían los 250.000. Otro aspecto del fracaso de la guerra fue el regreso de los talibanes y la incapacidad de crear unas estructuras democráticas. Por supuesto, las democracias occidentales han perdido su interés por la situación de ese país.
El ataque del 7 de octubre de 2023 fue una acción planificada, aprobada y ejecutada por el aparato político-militar de Hamás, que gobierna Gaza desde 2007. Fue realizado por las brigadas al-Qassam, que no actuaron como un grupo autónomo, sino como el instrumento militar del gobierno de Hamás. El resultado de su «invasión» al territorio israelí para provocar una matanza fue de cerca de 1.200 muertos y centenares de heridos. En las muertes iniciales había 695 civiles israelíes, 373 miembros de las fuerzas de seguridad y 71 extranjeros. Hamás calificó la operación de un éxito histórico y un golpe sin precedentes. Por supuesto, justificaron la masacre con las habituales mentiras que utilizan desde su fundación contra Israel, pero también en su lucha contra Fatah y los intentos de establecer los dos estados. Al igual que Estados Unidos y sus aliados tras el 11-S, Israel ha ejercido su derecho de legítima defensa y la guerra solo puede terminar con la derrota de Hamás.
Francisco Marhuenda. De la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación de España. Catedrático de Derecho Público e Historia de las Instituciones (UNIE)
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