Vacunación

El pinchacito

Cada vacunación es un motivo de esperanza, de confianza, es un argumento para respirar algo más tranquilos.

Pues a pesar de toda mi indigencia intelectual, pude entrar en las listas de personas normales y me vacunaron el jueves. Yo, la verdad, es que esperaba el típico guirigay con gente protestando y las cosas hechas a la mecagüendiez, pero resulta que nos han dejado sin argumentos para quejarnos. De la vacunación en sí, digo, que ya me veo a alguno torciendo el morro. La organización es perfecta, no se espera prácticamente nada, todo son amabilidades, facilidades y, si además te toca, como fue mi caso, una enfermera mayorcita que te trata como si fueras su hija, sales dando vivas a España. Dirán Vds. que cómo se me ocurre venir aquí tan contenta cuando todavía hay casi mil quinientos españoles luchando por sus vidas en las UCIs, ochenta mil muertos (según cifras oficiales) y miles de viudos, huérfanos, miles de hogares sufriendo las consecuencias y las secuelas de esta puñetera enfermedad. Dirán Vds. que seguramente no haya padecido de cerca la Covid, ni que entre mis conocidos se encuentre alguna víctima y que esta pandemia la he pasado de oídas por este optimismo incomprensible con el que acudo hoy a saludarles, así que, seguramente ahí es donde se pueda comprobar, de manera clara, mi absoluta indigencia intelectual. Pero miren, más allá de mis sucedidos personales o de casos particulares (que seguro no vienen a cuento) hoy quisiera acordarme de todos los que se alegran por cada vacunación. Esos que se alegran las han pasado putas, han perdido a su padre o a su madre, o los han perdido a los dos. Han pasado mucho miedo, han tratado con enfermos a diario, han estado alejados de sus familiares durante meses, han estado jodidos en una cama. Y sin embargo, cada vacunación es un motivo de esperanza, de confianza, es un argumento para respirar algo más tranquilos. No me atrevo a decir regocijo porque están las heridas demasiado abiertas aún, pero no hay rencor, no existen cuentas pendientes. Para toda esa gente emocionante, esa que también trabaja para tener un mejor futuro, mi reconocimiento absoluto. P.D. De los de AZ ya hablamos otro día, que hoy me he comido al payaso que sale de la lavadora.