Reina Letizia
La abuela
No defendía a la Reina, defendía a su nieta
Se ha hecho pública una supuesta entrevista a la recientemente fallecida abuela de la Reina Letizia, realizada hace menos de dos años. Recordé al instante algunas clases que impartí (o algo así) a los futuros radiofonistas donde les deseaba mucha suerte y que jamás se cruzara mi madre en sus caminos. Me explico. Si mi madre se hubiera o hubiese cruzado en el camino de esos futuros radiofonistas y la hubieran o hubiesen utilizado para una entrevista disimulada, para una encuesta o un montajito presuntamente humorístico, les juré ocuparme personalmente de resolver el asunto. «Quedaremos y me comeré vuestro hígado». Se ha muerto la abuela de la Reina y, junto a su óbito, se ha aprovechado para publicar, casi de manera inmediata, una entrevista que llega sin un permiso público y explícito de la protagonista y con algunas sospechas de que quizá Menchu Álvarez del Valle no conocía los términos en los que se estaba grabando esa conversación. El medio que la ha publicado considera fuera de lugar haberle pedido a la entrevistada ese permiso, cuando la lógica indica absolutamente todo lo contrario, cuando lo sensible y delicado del contenido señala que debería haberse atado hasta el más mínimo detalle. No sé cómo le puede haber sentado a la Reina Letizia su publicación, pero puedo hacerme a la idea de cómo le habrá sentado a la nieta Letizia. En cualquier caso, hay otro aspecto muy curioso que ha provocado su contenido: los mismos que se mostraban entusiasmados ante las primeras opiniones de Menchu Álvarez referidas a la intención de su nieta de casarse con el Rey, torcieron inmediatamente el morro cuando llegaron las consideraciones políticas de la abuela de la Reina. Ya no era tan simpática, ni tan espontánea, ni tenía tanto encanto su libertad de pensamiento. Menchu Álvarez lo único que hizo fue mirar por su nieta, en todos los aspectos y frente a todos los aspectos. La quería libre y ahora quería que la quieran. Sin más. No defendía a la Reina, defendía a su nieta. Descanse en paz. Y déjenla en paz.
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