Defensa
Otros veraneos: Mogadiscio
Situada en el llamado Cuerno de África, Somalia es un país en plena fase de recomposición de estructuras, en un intento de borrar su etiqueta de estado fallido
Tampoco entra la capital de Somalia en las mejores ofertas de las agencias de viajes. Clima árido, escasas lluvias; las aguas del Índico apenas moderan sus temperaturas; la humedad del ambiente que llega al 95%, pesa en la vida diaria de sus habitantes. Situada en el llamado Cuerno de África, Somalia es un país en plena fase de recomposición de estructuras, en un intento de borrar su etiqueta de estado fallido, con un «cáncer» interior que se llama Al-Shabab, el tristemente conocido grupo terrorista.
De Mogadiscio, también capital de la Somalia Italiana de 1905, conservamos en la retina a aquellos «Black Hawk derribados» en octubre de 1993, que costaron la vida a 18 marines norteamericanos; o la más reciente de finales de diciembre de 2006 cuando tropas del Gobierno de Transición con apoyo de unidades militares etíopes, ocuparon la ciudad.
EUTM-S es una misión europea que cumple desde 2010 su séptimo mandato. En ella sirven hoy una veintena de nuestros militares con responsabilidades en los órganos de decisión del Ministerio de Defensa y su Estado Mayor, a la vez que participan en la formación de especialistas somalíes con vistas a conseguir su autogestión.
Bajo la estructura del European External Action Service (EEAS) que depende de nuestro alto representante Josep Borrell (1) la misión está dirigida en su nivel estratégico por el Almirante Bléjean (Fr) director de Misiones no Ejecutivas de la UE y la conduce tácticamente el general italiano Zinzone integrando a contingentes –además de Italia que aporta el más numeroso, y España– de Suecia, Finlandia, Rumanía y Polonia e incluso de Serbia aunque no pertenezca a la UE. Un Coronel español –Juan Reyes– es el Jefe de Estado Mayor de Zinzone; un segundo –José Antonio Latorre– dirige los Equipos de Entrenamiento.
Los componentes de EUTM no son los únicos desplegados en apoyo del gobierno somalí: los EE.UU. y el Reino Unido entrenan unidades de fuerzas especiales; Turquía forma batallones tanto en suelo turco como en Mogadiscio; AMISON, la misión de la Unidad Africana, apoya aspectos institucionales; EUCAP, otra misión de la UE, ayuda a recomponer su Policía; agencias de Naciones Unidas apoyan en varios campos especialmente en desminado (UNMAS). ¿Cómo conseguir que todas estas unidades asesoradas e instruidas por muy diferentes actores, con distintos métodos de entrenamiento, materiales diversos y doctrina tan variada, sean realmente interoperables? Es el gran problema, apuntan nuestros oficiales.
Busco el factor humano en los destacados, intentando plasmar cómo lo viven, cómo lo sienten, cómo se sacrifican ellos y sus familias, cómo asumen la movilidad con que Fuerzas Armadas –en este caso Ejército– les demanda. Finalmente cómo valoran su aportación a la reconstrucción de un país. Encuentro, como en casos anteriores, mismos mensajes de gente muy preparada, que asume voluntariamente riesgos –4 proyectiles de mortero lanzados contra un acuartelamiento colindante el pasado 22 de julio, 21 jóvenes reclutas muertos por un suicida a finales de junio– con amplia experiencia internacional en varios tipos de conflictos, conscientes del papel que desarrollan en un país lejano, cuya seguridad es vital no solo desde el punto de vista humanitario, sino también para la estabilidad del comercio mundial que nos afecta. Respecto a movilidad, mis primeros contactos con Somalia a través del Mando de Operaciones (CMOP,s) fueron con el Coronel Sales, que al poco tiempo salía destinado para Tesalónica; el coronel Latorre, actual «Head of Training» de la misión, acaba de dejar el DPKO, departamento de misiones de paz de NN.UU. en Nueva York, lugar que conocí bien en los 90 cuando lo dirigía un eficaz diplomático inglés, Marrack Goulding.
Latorre me aporta un emocionante testimonio cuando le pregunto cómo lo lleva su familia. Otra vez, descubro algo que no podía imaginar: «gracias por preocuparse por nuestras familias; felizmente casado con la hija de un Coronel de la Guardia Civil, forjada en Intxaurrondo y Baztán, su familia vivió el trágico atentado de la Casa Cuartel de la Guardia Civil de Zaragoza; en las fotos de archivo de aquel triste diciembre de 1987 en la Plaza del Pilar, era junto a sus hermanos, la niña que portaba a hombros el féretro de una amiguita asesinada» por ETA (2).
«Buena madera», dirá de ella el padre de sus tres hijos. Es cuando un viejo soldado pasa de recoger un testimonio, a la emoción.
Mismo espíritu que el constatado en un barco en el Golfo de Guinea –el «Vigía»– o en una isla perdida como Alborán, con la sorpresa consiguiente de encontrar a un descendiente del almirante Moreno que ostentó el primer marquesado, reivindicándolo hoy como nombre artístico.
En todos ellos, ni una queja; el mismo espíritu de servicio.
¡Gracias, queridos «veraneantes» de Mogadiscio!
(1) Europa desarrolla actualmente 17 misiones –11 civiles y 6 militares– con 5.000 efectivos desplegados.
(2) Al responsable Henry Parot, hoy «aproximado» en la cárcel de Mansilla de las Mulas (León) le preparan unos socios de nuestro Gobierno, un homenaje en Mondragón. De sus 39 asesinatos, 11 de ellos junto a 83 heridos, el balance del atentado de Zaragoza.
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