PNV

Gastos de catalanes

Notas del 13 de octubre. Por la Puerta Grande de Las Ventas sale Ginés Marín vestido de Podemos y oro. Lo lleva un río de manos hacia la Calle de Alcalá y tratan de arrancarle trozos de su traje como un Jean Baptiste Grenouille matador y extremeño. A los toreros, Madrid les da y les quita la vida como el PNV a Pedro Sánchez. Para el pedrismo, Aitor Esteban es pura kriptonita de Vizcaya, memento mori con forma de tractor, hacedor de mociones, hechicero del Euskadi Buru Batzar. Baila alrededor del fuego de la gobernabilidad y cuentan de él que con los dientes de los presidentes que ha investido su partido se ha fabricado un sonajero.

Aitor se le ha aparecido a Sánchez en la tradicional sesión de control a la oposición de los miércoles. En mitad de su discurso calmado, ha dicho que o Su Pedridad arregla lo de la luz o peligra el bienestar de la gente y “su gobierno”. De pronto, los pájaros han echado a volar de la rama todos de golpe, han relinchado los caballos y en sobre la bancada azul ha soplado un viento de escarcha.

Hay que ver venir el final de uno mismo. Yo cada día pienso que el cuaderno del día va a ser el último. A veces, me veo explicando en casa: Me han echado por decir que si se ha publicado que si los amigos de Puigdemont cargaron 900 euros en chicas alemanas -helados de postre, lo llaman algunos- y anotaron el concepto como ‘Gastos de catalanes’, señal de que el Procés necesitaba un empujón.

Pero no lo digo, y mientras tanto, nos seguimos divirtiendo. En los presupuestos de Marisú suenan las sevillanas del calambrito. Dijo Sánchez que pagaríamos por la luz menos que en 2018, pero esto no lo arregla ni Von der Leyen con su paquete de medidas. Hablando de los dineros de la bombilla, Antonio Bienvenida tenía un partidario sevillano que era marido de la cocinera del obispo y le pegaba unos sablazos importantes. En este personaje fantástico inspiró Jaime de Armiñán su delicioso ‘Juncal’. Estando en América, a Bienvenida le entró la nostalgia y le escribió a su amigo: “Mándame lo último de Sevillanas” y le mandó cuatro recibos atrasados de la luz, esto es lo que tenía de Sevillana de Electricidad.