Patrimonio

ICOFORT y el patrimonio militar

Hay una necesidad urgente de custodiar un patrimonio militar –extendido por toda España- que es de todos

ICOFORT(International Scientific Commitee on Fortification and Military Heritage) una de las agencias de ICOMOS, la organización enmarcada en la UNESCO que vela por la protección del Patrimonio Universal, acaba de realizar su Congreso Internacional 2021, en Menorca.

Como en anteriores convocatorias la organización corrió a cargo de la Asociación de Amigos del Castillo de Montjuïc presidida por una incansable Carmen Fusté, que sigue luchando por recuperar un Museo Militar en Barcelona digno de su historia, cuya traza se extendió durante siglos por todo el Mediterráneo, «congelado» hoy por incumplimiento de un Convenio firmado por el Ministerio de Defensa con la Generalitat y el Ayuntamiento de la Ciudad, que roza el Código Penal, porque se habrán perdido en la noche del desencuentro, archivos irrepetibles como los depositados por los Aviadores de la República.

Menorca, la sede elegida, encaja con los fines del Congreso: no solo reivindica actualmente su irrepetible legado arqueológico con más de 1.500 monumentos megalíticos censados –Menorca Talayótica– sino que ofrece una amplio despliegue de fortificaciones que van desde el castillo de San Felipe (Siglo XVI) en la entrada del Puerto de Mahón, hasta las fortificaciones de nuestra Guerra Civil pasando por la Fortaleza de La Mola o de Isabel II construida a mediados del siglo XIX, nacida obsoleta cuando el alcance de la moderna artillería, permitía alargar la defensa del Puerto bastante más allá de los límites de su glacis. Pero quedó para la historia un extraordinario monumento arquitectónico visitado anualmente por más de 40.000 personas, que en un terreno de un millón de metros cuadrados, alberga un orden de asentamientos de 14 baterías que permiten conocer hoy la evolución de la artillería desde los modelos avancarga de hierro, hasta los montajes navales Vickers del 38,1 montados durante el período entreguerras (1918-1939). Las llamadas «posiciones artilleras» defendían nuestros puertos integrando piezas de largo alcance (hasta 40 kms) de los 38,1, baterías de medio alcance 15/24 y unos cañones «rápidos» del 10/50 que aseguraban su defensa antiaérea. Otras dos posiciones separadas unos diez kilómetros –Llucarary y Favaritx– completaban un despliegue triangular que permitía cruzar fuegos, constituyendo una indiscutible malla defensiva en aquel tiempo altamente valorada. Una visita guiada, seguida de una completísima conferencia del Coronel Gómez-Vizcaíno permitió a los congresistas conocer a fondo la Fortaleza.

La segunda visita obligada se ciñó al Castillo de San Felipe. Obra inicial de Juan Bautista Calvi (1555) está situada en la entrada del Puerto de Mahón relativamente próxima a su costa. El limitado alcance de la Artillería del XVI obligaba esta proximidad, lo que conllevaba la pérdida de una posición topográfica relevante. De ahí que en el siglo XVIII el Castillo, inglés desde 1708, no resistiese los asaltos de tropas francesas (1756) en plena Guerra de los Siete Años, ni por segunda vez, el de las tropas franco españolas (1781-1782). Carlos III ordenó posteriormente que fuese desmochado «a fin de evitar que el inglés encontrase nuevo cobijo»; aunque sí lo encontraron en una tercera presencia entre 1798 y 1802 hasta que el Tratado de Amiens reintegrase definitivamente Menorca a la Corona de España. Pero a pesar de la demolición de sus estructuras superiores, el Castillo conserva 14 kilómetros de túneles y galerías subterráneas. El arquitecto Fernando Cobos, Vicepresidente de ICOFORT, que ha realizado una extraordinaria labor en la recuperación del Dalt Villa en Ibiza (también diseñado por Calvi) y redactado el Plan Director del Castillo, resumió en una brillante intervención: «San Felipe es una fortificación única en el mundo», lo que nos anima a muchos a soñar en su recuperación.

Otras visitas complementaron las actividades del Congreso como la del recuperado Hospital Militar de la Isla del Rey construido por los ingleses en 1711. Y en las ponencias se abordaron temas tan interesantes como la intervención en las Murallas de Pamplona, la restauración de la Torre de Illetas en Mallorca o el brillante proyecto de Paloma Alta en Tarifa-Campo de Gibraltar.

Apoyo material y presencial del Ministerio de Defensa –SEGENPOL y Subdirección General de Patrimonio– y de las instituciones insulares –Consell– y municipales –Ayuntamientos de Mahón y Es Castell–.

Pero no puedo ceñirme solo a esta especie de crónica del Congreso. Debo ir más allá: llamar la atención sobre la necesidad urgente de custodiar un patrimonio militar –extendido por toda España– que es de todos. Y no es solo un problema económico que algún día deberán resolver a nivel Estado los Ministerios de Defensa y Cultura, como lo tiene la Iglesia para custodia de su patrimonio. Es un problema de aunar voluntades, de seleccionar gestores, ilusionar, integrar esfuerzos, planificar por fases y… empezar. Lo importante no es la meta, sino el camino.

ICOFORT con acierto así lo planteó, sobre el extraordinario Puerto de Mahón.