Opinión

Los Pactos de la Moncloa Bis

A este paso, dejaremos de comer para pagar la factura del gasoil de las calefacciones, el combustible de los coches o el recibo de la luz. Para muchas familias es el remate a la situación que padecían.

No sabemos si estamos ante el comienzo de la III Guerra Mundial, la situación es tan frágil que un misil que se desvíe del objetivo puede ser el detonante. Con este panorama, el cambio climático, la pandemia y la crisis económica provocada por el Covid-19 han pasado a un segundo lugar.

La élite dirigente no da muestras de entender el alcance de la situación. Los problemas de abastecimiento se van a acentuar y sufriremos escasez de productos básicos para nuestra forma de vida. Las dificultades que ya arrastrábamos desde hace décadas han adquirido dimensiones descomunales en unas semanas.

La situación requiere liderazgo político y estrategia económica. De la noche a la mañana, se ha fraguado una nueva realidad geopolítica en la que se ha reactivado la confrontación de los bloques de antes de 1989.

Los partidos no tienen apenas tiempo para adaptarse a la nueva realidad, mientras se deshilachan por cuestiones domésticas. Podemos, embebido en el debate sobre la guerra, se va poco a poco por el desagüe.

El descontento con PP y PSOE, produjo la fragmentación del voto y el resurgimiento de nacionalismos decimonónicos que son incapaces de aportar algo a las transformaciones que necesita el país y que requieren pactos de Estado.

Algunos economistas, tímidamente, han empezado a apuntar la hoja de ruta que debería tomar España en materia energética.

Ante el desabastecimiento de gas y los inconvenientes que tiene el petróleo por su alto potencial contaminante y el agotamiento del mismo, la provisión del gas argelino desde la península hacia Europa es una solución que puede paliar el corto plazo.

Pero una estrategia a medio plazo, obliga a situar la energía solar como una alternativa segura y sostenible. En eso, España podría ser líder, nuestro sol genera electricidad económica.

Si los dos principales líderes diesen las luces largas, verían que no es momento ni de sentar a la extrema derecha en los gobiernos, como da por hecho Feijóo, ni tampoco de protagonizar una serie de televisión, un despilfarro en aras a alimentar la egocentría de Sánchez.

Es hora de construir unos nuevos Pactos de la Moncloa que diseñen la estrategia energética nacional, el cambio de la estructura productiva y la fiscalidad española.