Guerra en Ucrania

Recauchutados

Nuestra opinión pública parece haber descubierto que personas altamente preparadas y con experiencia pueden ser útiles por encima de su situación administrativa

No descubro nada si reitero que la invasión de Ucrania entraña un enorme cambio en la percepción del fenómeno guerra. Desde siempre se ha pretendido hacerlo, bien con carácter preventivo –el «si vis pacen para bellum» romano (1) hasta el «si quieres la paz, conoce la guerra» de los polemólogos de Gaston Bouthoul de los años ochenta del pasado siglo, buscando raíces y causas sociológicas. Pero la guerra está ahí en Ucrania, mostrando toda su crudeza. Para muchos es como un descubrimiento. Son los que, incapaces de diferenciar la realidad con sus ensoñaciones, pensaban que los ejércitos solo servían, como costosa ONG, para cubrir graves carencias de protección civil o para apoyar a nuestra Sanidad sacudida por cruel pandemia. Y no querían saber cómo se esforzaban muchos militares por tierra, mar y aire a lo largo y ancho de nuestro mundo, con riesgos reales y con costes de vidas. ¡Como si no fuese con ellos!

El cambio más importante que conlleva la invasión de Ucrania se ha producido en la opinión pública, campo de batalla perdido por un Putin especialista en la materia y en la manipulación de redes, aunque pueda llegar a vencer en el de las armas. Y lo ha perdido ante un Zelensky capaz de seguir comunicándose con sus ciudadanos incluso en momentos de angustia, con instrumentos tan simples como un teléfono móvil y una vestimenta tan sencilla como una camiseta caqui. Ante la rígida censura rusa, ha dado libertad para exportar imágenes tanto a ciudadanos como a combatientes, con lo que ha conseguido sensibilizar a medio mundo.

Añado otra consideración: con todo lo que se ha comparado el conflicto actual con los acontecimientos de 1938 –Checoslovaquia- y 1939-Polonia– que nos llevaron a la Segunda Guerra Mundial, pienso cada día más que el conflicto de Ucrania se va acercando al levantamiento del 2 de Mayo en una España, ocupada con engaño por la tropas de Napoleón en 1808. ¡Si es así, ya pueden prepararse los regimientos rusos, aunque llegue a «faltar tierra para tanta tumba ucraniana» a modo de como lo cantó el poeta en el sitio de Zaragoza!

Destaco por último un aspecto que da título a esta reflexión. Ante el silencio obligado por Defensa de los militares en activo, se ha producido un fenómeno tampoco previsto. Generales y Coroneles en la reserva o retiro han aparecido en todos los medios como analistas y comentaristas del momento. Algunos, más rodados dentro del Instituto Elcano o en periódicos como La Razón que siempre ha prestado atención a los temas de Defensa, pero otros no. Son a los que llamo «recauchutados». Han surgido de pronto y lo están haciendo muy bien, con conocimientos, ponderación, prudencia, buena imagen. Son los que curtidos desde las Academias con un continuo entrenamiento, expertos en limitaciones presupuestarias y en vaivenes políticos que a veces les impusieron verdaderos depredadores, desarrollaron aquellos iniciales seis Acuerdos de Coordinación con la OTAN cuando se discutía sobre nuestra entrada; son los que asumieron misiones arriesgadas en Namibia, Angola, Mozambique , Nicaragua o El Salvador; son los que desplegaron en Bosnia vestidos de pacíficos «lecheros» (2) para no provocar a unos nacionalistas que resultaron ser unos asesinos, a quienes hubo que «imponer la paz» con el lenguaje de las armas; son los que ya tuvieron contactos con otras dictaduras comunistas o sus restos, en Bosnia. Nicaragua o Kosovo; los que comprobaron cómo difícilmente se consolidaba una paz en Iraq o en Afganistán dada la textura social de sus sociedades. Son los que hoy protegen las fronteras libanesas o de Europa, sus espacios aéreos y navales o despliegan en el Sahel intentado contener la ola yihadista que amenaza a las Canarias o a Ceuta y Melilla.

Nuestra opinión pública parece haber descubierto que personas altamente preparadas y con experiencia pueden ser útiles por encima de su situación administrativa. Unos con amplios conocimientos de ruso; otros conocedores de la geografía y su relación con la Historia. Otros previendo (3) lo que la oficial Estrategia de Seguridad Nacional no intuyó.(4) Y sonriendo saben comentar como un político en la oposición diga que sobra un ministerio –el de Defensa– para que luego presida un consejo con 23 y pase revista hoy, ufano, a un contingente desplegado en Letonia. Y por boca de un general «cuatro estrellas» se entere nuestra sociedad de que un sargento de la Guardia Civil –no digamos un Mosso d´Escuadra– gana más que un Capitán del Ejército del Aire que pilota un Eurofighter por los cielos del Báltico.

¡Te debemos estas lecciones aprendidas, querida y sufrida Ucrania. Siento lo sean a costa de tu dolor!

(1). «Si quieres la paz, prepara la guerra».

(2). Utópicos –¡imbéciles!– responsables de NN.UU pensaron que unos observadores desarmados vestidos de blanco bastarían para imponer la paz en Bosnia.

(3). Coronel (r) Alberto Diaz Moreno. Magnífico trabajo cerrado el 16 de diciembre 2021. (Revista Ejército num.970. pag.116).

(4) Publicada en BOE el 31 diciembre 2021.