Desempleo
Los datos del paro y la tortura de las estadísticas
Para el Gobierno, los publicados ayer son buenos, aunque quizá nadie se atreva a decir que magníficos
Yolanda Díaz, la «vice» segunda, y José Luis Escrivá, ministro de Seguridad Social (SS), por alguna razón, han estado más comedidos de lo esperado a la hora de festejar los datos de paro, empleo y seguridad social anunciados ayer. Todavía más, dejaron todo el protagonismo a sus respectivos secretarios de Estado de Empleo, Joaquín Pérez Rey, y de SS, Isabel Arroyo. En el Gobierno, no obstante, intentan sacar todo el pecho posible por el aumento –cierto–de los contratos indefinidos, el mayor de la serie histórica, con un total de 223.000, en lo que se denomina «términos desestacionalizados». El número de parados, también descendió en marzo, en 2.921 personas, con lo que el número total de desempleados se queda en 3,108 millones, una barbaridad. Al mismo tiempo, el número de beneficiarios de prestaciones por desempleo, 1,844 millones es algo menor que el año pasado, pero el gasto todavía es superior al de antes de la pandemia.
El poeta Ramón de Campoamor escribió aquello de que «todo es según del color del cristal con que se mire». Es cierto, pero el desempleo es desempleo, se mire como se mire. Otra cosa es cómo se interpreten los datos. Para el Gobierno, los publicados ayer son buenos, aunque quizá nadie se atreva a decir que magníficos. La oposición está más ocupada en el estreno de su nuevo líder y los sindicatos y los empresarios hacen las matizaciones de rigor y, claro, cada uno arrima el ascua a su sardina. Funcas, uno de los dos principales centros de análisis económico de España, se moja un poco más. Constata, porque es obvio, que el empleo efectivo es mayor que el de la prepandemia y el récord de los contratos indefinidos, pero advierte –es lo preocupante– que «el crecimiento se moderó significativamente en marzo por segundo mes consecutivo». Además, añade que el descenso, mínimo, de paro el mes pasado es «muy inferior al habitual en un mes de marzo». Una leyenda entre economistas afirma que el premio Nobel (1991) Roal H. Coase habría dicho que «si torturas lo suficiente a tus datos, éstos te confesarán lo que quieras». Otros, sin embargo, se la atribuyen –al menos su popularización– a Damoder N. Gujarati, experto en econometría de la Universidad de Nueva York y profesor de economía de la escuela militar de los Estados Unidos, West Point. El paro, en cualquier caso, se miren como se miren los datos, todavía es el principal drama de la economía española y corre el riesgo de perpetuarse, por mucho que se torturen los datos hasta que confiesen lo que deseen Díaz y Escrivá o sus adversarios.
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