Elecciones andaluzas

La encrucijada andaluza

El «19-J» lo que arranca es una agria e interminable precampaña electoral en la carrera hacia La Moncloa.

Tan solo seis días nos separan del arranque oficial de una campaña electoral en Andalucía, que en estos prolegómenos marcados por alguna más que indicativa ida y venida del presidente Sánchez arroja la incógnita de siempre cuando es mucho lo que se ventila en las urnas, como es saber si estaremos hablando de una campaña limpia y centrada dentro de lo posible en las propuestas programáticas de los partidos, o si por el contrario se irán introduciendo elementos distorsionadores en función de a quienes pueda interesar darle una patada al avispero. Hoy sábado la geografía andaluza será un hervidero de actos de precampaña con no pocos desembarcos de esos que en algunos casos pueden percibirse por quienes se juegan las habichuelas como la obligada visita de la suegra, pero sobre todo la semana que se cierra ha arrojado dos elementos que atisban lo que puede ser el devenir de la campaña. Uno es el aviso del presidente y candidato popular Moreno Bonilla a propósito de no descartar la repetición electoral si no consigue una mayoría lo suficientemente estable para gobernar, o lo que es igual, que se le ponga cara de Fernández Mañueco en lugar de cara de Díaz Ayuso y el otro es el episodio que ha terminado por catapultar al centro de la pista a la candidata de Vox que ha terminado por denunciar por prevaricación a la alcaldesa socialista de Salobreña tras la burda tramitación previa investigación de Mortadelo y Filemón de la baja en el padrón municipal de Olona en este municipio granadino.

Con estos elementos sobre la mesa, el panorama de campaña para unas elecciones que pueden marcar el devenir de toda la política nacional a medio plazo vaticina líneas de actuación claramente diferenciadas, desde la atención diaria en los movimientos neo populistas del fenómeno Olona ya alcanzando velocidad de crucero gracias a las lanzaderas socialistas, pasando por lo que será una permanente llamada al voto útil desde la candidatura de Moreno Bonilla y lo que a buen seguro supondrá un «más madera» desde las filas de la izquierda –sobre todo socialistas– con encuestas inmisericordes contra Juan Espadas, ya sin el factor clientelista que antaño proporcionaba el ejercicio del poder con manejo de presupuesto y recurriendo a algún conejo en la chistera de los próximos Consejos de ministros.

Por encima de todo, el «19-J» lo que arranca es una agria e interminable precampaña electoral en la carrera hacia La Moncloa.