Alberto Núñez Feijóo

Un proyecto ambicioso

Sánchez, además de aprovechar su estancia en la Moncloa para consolidar la amistad de los socialistas con los antiguos terroristas y sus compañeros, ha seguido las pautas marcadas por el PNV

En una entrevista reciente, Feijóo ha manifestado su afinidad con el PNV en algunos asuntos políticos de importancia. Destaca el tema del Estado autonómico, en el que Feijóo declara “creer -como los nacionalistas vascos- en las Autonomías”. En la declaración, inequívoca, hay sin duda algo de ejercicio táctico. Cuando Sánchez y el Partido Socialista se han decantado definitivamente por la coalición con los batasunos herederos de los terroristas de ETA, parece lógico que el Partido Popular piense en recomponer sus antiguos lazos con el PNV. Incluso después de lo ocurrido en 2018, cuando el PNV rompió su pacto con el PP, contribuyó a sacar del Gobierno central a Mariano Rajoy y a poner en su lugar a Pedro Sánchez. Desde entonces, Sánchez, además de aprovechar su estancia en la Moncloa para consolidar la amistad de los socialistas con los antiguos terroristas y sus compañeros, ha seguido las pautas marcadas por el PNV.

Hay más que esto, sin duda, y Feijóo también está planteando toda una estrategia de esas que se denominan de Estado, una estrategia en la que las Autonomías constituyen uno de los elementos principales. El PNV y Feijóo están de acuerdo en los beneficios de la descentralización del Estado. Descentralización que va mucho más allá de lo estrictamente administrativo, elemento compartido por los dos. Está por ver hasta dónde llega el acuerdo más allá de este enunciado, que de por sí resulta impreciso. No parece verosímil que la política de Feijóo y del Partido Popular vaya a seguir avalando el uso de las Autonomías que viene haciendo el PNV desde hace décadas, y del que son excelentes ejemplos la ambigüedad ante la violencia política terrorista, la construcción de un relato nacional vasco en el que quedan justificados los atentados terroristas y la expulsión de cualquier rastro de presencia del Estado español en la región. Es posible que sea esta discrepancia a lo que se refería el propio Feijóo en la misma entrevista, cuando aludía a su desacuerdo con el PNV en cuanto al “Estado”.

Por eso, donde tal vez haya que buscar la coincidencia sea en el horizonte que se abre a partir de aquí a las Autonomías. Se trataría de algo parecido a un pacto para la consolidación definitiva de algunas de estas como nacionalidades, “nacionalidades históricas” como gusta de decir Feijóo, presidente de una de ellas durante años. La cuestión estaría en alcanzar un punto de equilibrio en el que -por parte del PP- España se reconciliara por fin con su auténtica naturaleza de “nación de naciones”, mientras que -por parte del PNV- una de esas mismas naciones forjada en las décadas de Estado autonómico aceptaría convertirse en una “nacionalidad”. El plan tiene toda la apariencia de la moderación y el sentido común. También resulta de una ambición extraordinaria, superlativa.