Alberto Núñez Feijóo
Pactos para «taparse la nariz» a pachas
Desde el primer momento el interlocutor de Feijóo trasladó a su interlocutor en Moncloa que no aceptaban acuerdos secretos del pasado, y que la negociación empezaba desde cero
Hay más pactos secretos entre el Gobierno de Sánchez y el equipo de Pablo Casado. Al menos de acuerdo con la versión que Moncloa lleva cuatro meses intentando usar como presión contra la nueva dirección popular para que pacte el Consejo General del Poder Judicial conforme a la herencia que recibió Alberto Núñez Feijóo. Sobre la base de la filtración de unos pactos, no suscritos por Feijóo, Moncloa y sus satélites se esfuerzan en airear la imagen de un PP dividido y, sobre todo, el objetivo es desgastar la imagen del político gallego, que desde que llegó a Madrid no ha dejado de comerle terreno al líder socialista.
Pero en medio del ruido que alientan los satélites monclovitas está pasando por alto la sustancia de la operación diseñada en el equipo de Sánchez. Se puede entender que haya negociaciones discretas, pero no pactos secretos, por escrito, entre un Gobierno y el principal partido de la oposición. Y menos pactos secretos que se fundamentan en un reparto de puestos de afines en instituciones básicas para nuestra democracia y que están siendo dinamitadas por la utilización partidista que de ellas hacen quienes tienen la obligación de ejecutar responsablemente su renovación.
El sostén del pacto secreto entre el Gobierno de Sánchez y el PP de Casado era simple: «Nosotros (Gobierno) nos tapamos la nariz para que Casado consiga meter a Enrique Arnaldo en el TC, y a cambio vosotros (el PP de Casado) os tragáis a Conde-Pumpido como presidente, a Pilar Teso como presidenta del CGPJ, y al juez José Ricardo de Prada en el Poder Judicial». Podrían haberlo bautizado como el pacto de «taparse la nariz» a pachas, y todavía están pendientes de conocerse los capítulos sobre los criterios de reparto y los nombres que entraban en el mismo. Desde el primer momento el interlocutor de Feijóo trasladó a su interlocutor en Moncloa que no aceptaban acuerdos secretos del pasado, y que la negociación empezaba desde cero. Y así ha ocurrido en estos últimos cuatro meses.
No aceptar pactos secretos tiene que ver con la manera de entender la calidad de la democracia. Y en medio de la tormenta creada por Moncloa desde el equipo de Feijóo sólo se han puesto en contacto con el equipo de Casado para pedir que dejen de hacerle el juego al PSOE. Y con Moncloa, para decirles que si quieren filtrar los otros pactos, que lo hagan, porque no se sienten vinculados por ellos.
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