Defensa

Otros veraneos (6): Regreso a Iraq

Convertido el Iraq de Sadam en elemento desestabilizador de la región, nos involucramos en ella a raíz de su invasión de Kuwait en agosto de 1990

Los graves sucesos de estos días en Bagdad en las manifestaciones por la retirada política del líder chií Muqtada al-Sadr, le dan la razón: «todavía tienen cierta inestabilidad institucional; desde las elecciones de otubre no han sido capaces de formar un gobierno estable». Pero insiste: «esto no es Afganistán; la OTAN está aquí invitada por el gobierno iraquí y es bien recibida y percibida; este es un país orgulloso de su historia y su pasado como cuna de la civilización; no es pobre y dispone de recursos energéticos que están dando muy buenos dividendos a consecuencia de la guerra de Ucrania; las fuerzas de seguridad son cada día más profesionales; las operaciones contra núcleos residuales de DAESH cada vez más efectivas; si un día deja de haber presencia internacional, no es país que vaya a desmoronarse como Afganistán».

Esta visión positiva es del general español Ricardo Esteban, jefe del contingente español que hoy forma parte de dos misiones integradas: la de la Coalición Internacional para lucha contra el DAESH organizada en 2014 y la de la OTAN, nacida en 2018 con un diferencial carácter de «no combate», solo de asesoramiento a su Ministerio de Defensa. Indiscutible percepción de confianza.

Reflejar cómo se reparten algo más de 300 efectivos españoles no es fácil: una Compañía de protección y 20 oficiales y suboficiales, arropando al general Esteban como Jefe de Estado Mayor de la misión OTAN; otros en Tampa (USA), Kuwait y Jordania; un potente equipo de Operaciones Especiales repartidos entre Bagdad y Camp Yarto (1); en la base de Al Asad en mitad del desierto, una eficaz y reconocida unidad de helicópteros «Cougar». «Nuestra presencia se hace notar por la eficacia, camaradería, carácter alegre, disciplina, uniformidad y organización de marchas, festejos deportivos y actos castrenses».

Hablamos de la cuarta presencia de fuerzas españolas en Iraq con el que mantenemos relaciones diplomáticas desde 1940; durante varias décadas el Instituto Hispano Árabe de Cultura facilitó que muchos iraquíes accediesen a becas para estudiar en universidades españolas; a su capital Bagdad llegaron en 1978 en una de sus primeras visitas de estado a un país árabe, los Reyes Don Juan Carlos y Doña Sofía.

Convertido el Iraq de Sadam en elemento desestabilizador de la región, nos involucramos en ella a raíz de su invasión de Kuwait en agosto de 1990. La Resolución 661 del Consejo de Seguridad decretó un embargo marítimo al que nos unimos. La fragata «Santa María» desplegaría en el Golfo Pérsico y a las corbetas «Descubierta» y «Cazadora» en el Mar Rojo. Habían salido de Rota –en recordada despedida– el 26 de agosto. Paralelamente, la Operación Tormenta del Desierto desencadenada el 17 de enero de 1991, liberaría Kuwait un mes después.

Pero, no solo había sufrido Kuwait. La Resolución 668 autorizaba la operación «Provide Confort» de ayuda humanitaria al pueblo kurdo también sometido a cruel represión por Sadam. En ella participó España con 586 efectivos en su mayoría de la Brigada Paracaidista. Fue ya un primer y ejemplar esfuerzo logístico ejecutado a más de mil kilómetros de sus bases. A primeros de abril de 1991 llegaban los paracaidistas a Zajo y Shiladiza, pueblos de los que se replegarían dos meses después cumplida su misión.

La tercera presencia es más conocida y arranca tras los graves atentados del 11-S. Recordamos las manifestaciones del «no a la guerra» de enero 2003 y la explotada «foto de las Azores» del 16 de marzo. Tropas USA y UK iniciaban una ofensiva el 20 de marzo y en 20 días entraban en Bagdad. Varias Resoluciones posteriores de Naciones Unidas-especialmente la 1441 invitaban a la comunidad internacional a participar en la reconstrucción del país. España lo hizo no sin sacrificios, con dos bien preparadas brigadas «Plus Ultra». En mayo de 2004, tras los atentados de Atocha del 11-M, las inmediatas elecciones y el consiguiente cambio de gobierno, España abandonó la coalición. Muchas lecciones aprendidas (2). De aquel «vamos a liberar, no a conquistar» con que el coronel inglés Tim Collings, arengaba a sus tropas, a las consecuencias negativas de la administración Bremer, media un abismo.

Esta actual cuarta presencia arranca una década después, con la comparecencia en el Congreso del ministro Morenés en octubre de 2014. Pidió autorización para participar en una Coalición internacional contra el DAESH que se solaparía cuatro años después con la actual misión OTAN. Por ambas habrán pasado más de 10.600 hombres y mujeres de nuestras Fuerzas Armadas incluidos 187 guardias civiles entre 2017 y 2020. «Sentimos que nuestro esfuerzo redunda en beneficio de la seguridad de España, aun en fronteras alejadas». «Es nuestro mejor premio», añadirán.

Sé que saben cuidarse; saben que corren riesgos. Como saben que valoramos este esfuerzo y les deseamos un feliz retorno.

(1) Integrado en Camp Qayyarah. Nuestros «boinas verdes» recuerdan a su profesor el comandante Fernando Yarto muerto en acto de servicio.

(2) Sigue siendo el mejor análisis : «Lecciones de Irak» coordinadas por Miguel Ángel Aguilar. Toledo. Asociación de Periodistas Europeos. 2005.

Luis Alejandre Sintes es general (R).