Terrorismo

Otra iglesia quemada por los yihadistas en Nigeria

La estrategia del Estado Islámico pasa por erradicar el cristianismo de África

Esta vez ha sido en Belgum, en la región de Borno, en Nigeria. Los yihadistas del Estado Islámico han quemado una iglesia cristiana. Tal y como anunció hace unos días el portavoz de la banda terrorista, Abu Omar Al Mujahir, van a llevar el horror –ya lo están haciendo—con el fin de erradicar el cristianismo de África. Se trata de una auténtica guerra de religión, más bien un genocidio, limpieza ´rtnica, en el que una cuadrilla de criminales se dedica a asesinar y a destruir a los fieles y las propiedades de otros seres humanos por el mero hecho de pertenecer a otra religión. Y lo hacen por Alá, convencidos, dentro del fanatismo que les han inculcado sus jefes (cada día más escondido ante el temor de que alguna unidad de fuerzas especiales caiga sobre ellos) de que así van a conquistar el paraíso, con el consiguiente placer de decenas de mujeres vírgenes, y otros placeres, para su sólo disfrute. Qué decepción se van a llevar cuando se vean en el infierno porque los pecados que cometen son de tal gravedad que no merecen precisamente el premio del cielo, por entrar en dinámica del bien y el mal que preside, como la nuestra, la religión musulmana, a la que estos individuos desacreditan cada día. Los prelados de Nigeria y otros países africanos no paran de solicitar ayuda y una reacción adecuada a la criminalidad que sufren. Sólo obtienen buenas palabras, condenas...y nada más. Permanecer impasibles ante un fenómeno como el que nos ocupa demuestra hasta qué punto la insensibilidad se ha instalado en una sociedad que echa mano de la religión más para las tradicionales celebraciones que para un compromiso firme de lo que debe constituir una convicción.

El terrorista es, en sí mismo, un cobarde (los conocemos muy bien en España, por la siniestra experiencia de ETA) que sólo sabe matar por la espalda, en mayoría, en especial a gente desarmada y siempre para tratar vde imponer sus ideas. Si no interioriza que tiene delante a un grupo dispuesto a a hacerle frente con todos los medios a su alcance, continuarán con sus fechorías. Y para eso hauy que tener una firme voluntad de vencerlos.