Amigos

Para el antropólogo, psicólogo y biólogo evolucionista Robin Dunbar, estar con amigos nos salva: «Genera endorfinas, que son el mejor medicamento antidepresivo. Y es gratis. Es una suerte de vacuna de nuestro sistema inmune: tener amigos y de calidad asegura una vida más saludable».

No socializar acorta la vida porque con amigos: ríes, cuentas historias, cantas, bailas... algo que activa nuestras endorfinas y con ellas el bienestar emocional. Además suprimen el dolor leve y el estrés.

Ojo que hemos de limar nuestra toxicidad para relacionarnos con armonía y flexibilidad.

Es tan importante la amistad que todas las navidades animo a mis hijos a pedir, más que juguetes, amigos con quienes jugar.

Ese vital empujón que nos da un amigo en un cruce de caminos o incluso en un callejón sin salida, es determinante para retomar la vida. Por eso es vital trabajar en mantener las amistades. Hay que cuidar y encontrar tiempo para ellos porque las penas compartidas son mucho más llevaderas y las alegrías, si se comparten, se multiplican. Ellos nos ayudan a ver la parte positiva cuando nos empeñamos en ver sólo sombras y oscuridad.

La generosidad, el compartir y la ayuda de los demás es un pilar fundamental en la felicidad de cualquier persona. Eficacia comprobada en el último retiro de David Serrato, en Soria, donde ese parón en el camino, el compartir, los abrazos, bailes… han sido determinantes en el caminar de quienes deciden experimentarlo.

No hay mejor forma de vivir que hacerlo mirando a los demás. Es muy terapéutico dejar de mirarse el ombligo… hay vida más allá.

Y además de centrarnos en la amistad, también hay un gran consejo que tenemos que aplicarnos cada día (servidora la primera): ralentizar nuestro ritmo para tener más salud, menos estrés y dejar de ser presa de las prisas. Algo a lo que también invitan los pueblos de nuestra maravillosa geografía.

La vida no es una carrera contrarreloj.

Disfruta.