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A puntito

La Razón
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Ganaba el Madrid (0-2), Iago Aspas se frenó en el área, le atropelló Ramos y el árbitro mostró la segunda amarilla al gallego. Más penalti que «pisicinazo». Dejó al Celta con diez, encrespó al público y perdonó a continuación una pena máxima de Jonny a Cristiano Ronaldo. Le dio reparo señalarla, después de la zalagarda que organizó. Con diez, Guidetti, afortunado con un rebote, y sólo por eso, acortó distancias y Benzema y Kroos las aumentaron (1-4). El triunfo del líder, que tiene la Liga a punto –y a un puntito–, tan irreprochable como innecesaria la ayuda de Martínez Munuera.

John Guidetti, apesadumbrado, tal vez aún, por lo que pudo ser y no fue en Old Trafford; mortificado, quizá, por la eliminación de su equipo a manos de un millonetis que no juega un pimiento, o porque sencillamente sus limitaciones son evidentes, no es Ronaldo. Obvio. Tampoco Iago Aspas, el pichichi español, se le aproxima, remató cuatro veces entre los minutos 31 y 37, una contra las manos de Keylor Navas y tres fuera. A Cristiano le llegó el balón en la frontal, controló con el pie derecho y cuando disparó con el izquierdo Balaídos buscaba la pelota, alojada ya en la portería de Sergio Álvarez, que no volvió a tener noticias del Madrid en todo el primer tiempo. El «efecto dinamita», de la explosión advertida e incontrolable, frente al «efecto frufrú», apenas un rumor.

En igualdad numérica, el partido era lo más parecido a ese asedio que permite a los acorralados salir de la fortaleza a por pan, a por agua, a la compra, al contragolpe, y pillar desprevenidos a los hostigadores con jugadas casi gemelas: Isco a Cristiano y otro zurdazo de éste para generar más inquietud y más desilusión en el Barça que en el Celta. A falta del último de los 38 capítulos, LaLiga apunta a un desenlace blanco en Málaga. El Madrid sufre menos de lo que hace sufrir, ante once y frente a diez.