Cástor Díaz Barrado

Acuerdo con Rusia

La Razón
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No se puede decir que las relaciones entre Rusia y la Unión Europea pasen por su mejor momento. Tampoco se puede decir que se vislumbren nuevas e intensas relaciones entre Moscú y Bruselas. Las discrepancias son muchas y no sólo afectan a cuestiones puramente internas de las dos partes sino que, también, se plasman en las posiciones tan distantes que mantienen en materia de política exterior. Parece que los intereses rusos no coinciden, en modo alguno, con las prioridades que tiene la Unión Europea e, incluso, se está afirmando por algunos analistas que Rusia resultaría beneficiada por los problemas que vayan surgiendo en el seno de la Unión. Sin embargo, ambas realidades no son incompatibles sino todo lo contrario. El acuerdo entre Rusia y la Unión Europea no sólo es posible sino que resulta imprescindible. No hay dos modelos ni visiones de Europa que tengan que enfrentarse necesariamente. El gobierno de Moscú debe hacer un esfuerzo para que sus comportamientos no sean considerados por los Estados de la Unión Europea como poco amistosos. Al mismo tiempo, sobre todo los principales países de la Unión, deben expresar sin ambages que ha llegado la hora de buscar acuerdos con Rusia. El camino debe recorrerse en el marco de los esquemas de integración y es verdad que no debe suponer, en modo alguno, que la Unión Europea renuncie o deje de afirmar con rotundidad los valores en los que se fundamenta: la democracia y los derechos humanos. La Unión Económica Euroasiática podría constituirse en un interlocutor válido para la Unión Europea a la hora de comenzar a establecer relaciones más óptimas entre las dos partes. No podemos seguir durante tanto tiempo en un clima de desconfianza mutua. No será fácil lograr acuerdos pero debemos comenzar a construir un espacio de colaboración. La fortaleza de la Unión Europea también radica en las buenas relaciones de vecindad y, sin duda, Rusia es nuestro vecino de mayor envergadura en las relaciones internacionales.