Cargando...
Actualidad

Carlos Rodríguez Braun

«And the winner is...»

«And the winner is...» larazon

Existe una doble tentación a la hora de ponderar las buenas noticias económicas. Desde la oposición se opta a menudo por negar la evidencia, como si reconocer los datos equivaliese a conceder que la oposición ha perdido y el Gobierno ha ganado. Desde el oficialismo, por su parte, la tentación es asignar todos los méritos de la mejoría a los actuales inquilinos del Palacio de la Moncloa, del mismo modo que se ha procurado achacar todas las malas nuevas a los inquilinos anteriores. Parece, en suma, que la cuestión estriba en negarle al Gobierno la estatuilla del Oscar, o en vitorearlo por haberla conseguido en solitario.

Se trata de dos errores análogos, derivados ambos de la fatal arrogancia de suponer que la política es la protagonista de la economía, y que los gobernantes son los que crean riqueza y empleo. La realidad, sin embargo, se acerca más a lo contrario, y cuanto mayor sea la modestia de nuestros gobernantes a la hora de admitirlo, tanto mejor. La política no es la protagonista de la economía, sino al revés: buena parte de lo que la política hace es porque hay una economía sobre la que puede basarse, lo que es del todo evidente en el caso del gasto público: no podría haberlo en ausencia de trabajadores y empresarios que generaran los recursos de los que Hacienda a continuación dispone. La riqueza y el empleo no se crean desde la política o la burocracia sino desde la sociedad civil: a ella le corresponde llevarse el Oscar; a ella se deben en primer término las noticias buenas, o menos malas, reflejadas en la Encuesta de Población Activa y la evolución trimestral del PIB.

Esto no significa que las autoridades no tengan ninguna responsabilidad. Al contrario, tienen una de gran importancia: no poner más obstáculos en ese proceso de creación de riqueza liderado por el sector privado. Estos obstáculos interrumpieron y a la postre revirtieron la débil recuperación registrada entre 2009 y 2011, desencadenando la segunda recesión que ahora puede haber quedado atrás. Sería de agradecer el contar con políticos respetuosos, que no se crean superhombres, que no piensen que los distintos gobiernos agotan la realidad económica y social, que estén dispuestos a facilitar la vida a sus genuinos protagonistas, y que a la hora de proclamar «and the winner is...» sean capaces de reconocer que quienes merecen aquí premios y aplausos son los empresarios y los trabajadores.

Cargando...