Papel

Romper Ucrania

El ganador de las elecciones presidenciales en Ucrania, Volodimir Zelenski, se enfrenta a algo más que “romper el sistema”. La situación económica puede mejorar en este país y se puede luchar enfáticamente contra la corrupción. El camino para lograrlo puede ir despejándolo el nuevo Gobierno con la adopción de medidas que tiendan a ello y, sobre todo, porque parece que existe una voluntad de hacerlo. Sin embargo, Ucrania tiene un problema de más intensidad y de difícil solución. El país deberá hacer frente a una cuestión de identidad. La posición que han expresado los dos principales candidatos en las elecciones no divergen en este sentido y todo apunta a que el nuevo Presidente seguirá la línea en favor de la aproximación y, si fuera posible, la “integración” en la Unión Europea.

Pero existe un problema interno y una proyección internacional de gran envergadura que serán difícil de resolver. Lo que sucede en Ucrania es esencialmenet una cuestión de minorías y esto se refleja con toda nitidez en la región de Donbás. Estas cuestiones son especialmente delicadas en el orden internacional y se precisa de una gran habilidad diplomática para encontrar una solución que sea aceptada por todas las partes. Las primeras afirmaciones de Zelenski están dirigidas a resolver el conflicto que se centra, sobre todo, en Donetsk y Lugansk pero también en Crimea. Resulta preciso que Ucrania recupere los “territorios perdidos” pero para lograrlo deberá hacer algún tipo de concesión. Tres medidas parecen necesarias y urgentes: la primera, entablar un diálogo abierto con Rusia en el que los ucranianos se van a encontrar con las expresiones más duras de la política exterior rusa.

Sin el acuerdo de Rusia parece imposible resolver el conflicto y, en la actualidad, las posiciones de Ucrania y Rusia están bastante enfrentadas; la segunda, fortalecer la identidad ucraniana y expresar, sin ambages, que el destino de Ucrania está dirigido a la cooperación con la Unión Europea y a su plena integración en el proyecto europeo, con lo que debería sumar socios incondicionales para las negociaciones con Rusia; y, por último, aceptar plenamente que en Ucrania habitan minorías rusas y, en consecuencia, establecer un marco político y jurídico que respete los derechos de estas minorías. Lo que está en juego no es exactamente “romper el sistema”, como dice Zelenski, sino más bien la pervivencia de Ucrania.