Cástor Díaz Barrado

Una buena oportunidad

La celebración de la Cumbre del Clima supone una oportunidad inigualable para consagrar a Madrid como un centro no solo del turismo internacional, sino también como un lugar idóneo para acoger eventos que tenga una destacada proyección internacional. El nombre de Madrid podría quedar vinculado, en virtud de los acuerdos que se alcancen en relación con el cambio climático, a posibles soluciones frente a una realidad internacional como ésta que, en estos momentos, preocupa intensamente a la comunidad internacional y que, en particular, viene siendo observada con detalle por los ciudadanos. En Madrid se trataría de dar contenido al Acuerdo de París de 2015 que para los estados miembros de la UE es uno de los instrumentos político-jurídicos que deben identificar su política exterior y que, a diferencia de los EE UU, han puesto el énfasis en el cumplimiento de las obligaciones que dimanan de este acuerdo. La acción por el clima es uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible que únicamente se podrá hacer realidad a través de las medidas que adopten, sobre todo los estados, para garantizar la protección del medio ambiente. La adopción de normas que complementen el Acuerdo de París representa una medida útil en esta dirección. La Agenda 2030 de Naciones Unidas indicó, en 2015, que era urgente tomar medidas para combatir el cambio climático y, también, sus efectos. Una de ellas es que los estados deben «incorporar medidas relativas al cambio climático» en todas las políticas que lleven a cabo. Aunque no solo, sigue estando en manos de los estados la protección del planeta. Madrid es un buen lugar, uno de los mejores, para completar el Acuerdo de París.