Casas reales

Yo, Leonor

La Razón
La RazónLa Razón

He estado viendo todo lo que cuentan de esa princesa que se murió hace veinte años y resulta que estuvo en España y con los abuelos. Diana, que emparentó con los primos y los titos de Inglaterra. La verdad es que la muchacha era mona para ser inglesa, esa es la verdad, y por lo visto estuvo casada con el tito Carlos, que es ese al que le ha faltado toda su vida un pespunte entre la oreja y la cepa. Dicen que estaba liada con un moro guapo y que se cansó de aguantar al tito y sus cositas con esa señora que es como un perro de aguas. Así que, repasando los especiales me he enterado de que estuvo en Mallorca con los abuelos y que al yayo le reía las gracias bastante. He entrado al comedor y como llevaba ya diez minutos sin estar castigada le he dicho a Altibajos «conociendo al yayo la Lady se le escapó por los pelos». Se ha puesto tan furiosa que por un momento he creído verla hasta lustrosa. Luego he estado repasando las revistas cordiales y me he enterado también de que la tita Thelma (no se les olvide la hache que Altibajos es muy puntillosa con esas cosas) tiene nuevo novio y que tiene un aire a Roberto Gómez, el periodista ese de deportes que es muy gracioso. Es que en cuestión de tíos voy a tope, no me da tiempo a aburrirme. Bueno, que tiene nuevo novio, así que he vuelto a entrar en el comedor. «Madre, a ver si esta vez le dura más de dos meses y con que le dure tres ya podemos decir que tiene una relación estable. Por cierto, ¿puedo ser así cuando los años me permitan no tenerte todo el día soplándome en la nuca?» Tampoco le ha gustado. Y después he visto también las fotos del tito de Suiza sin la tita de Suiza en la playa. Se ha quedado en los huesos, esa es la verdad. Y me he dicho: entra otra vez en el comedor, anda. «Madre, una cosita. ¿Mi padre también se limpia el sudor con los calzoncillos limpios o estamos a otro nivelito? Es que el tito Iñaki se cambió en la orilla y los gayumbos le sirven de trapo de cocina». Ea, pues si no me manda a galeras va a ser milagrito.