Tribuna
¿Cómo gestionar el órdago de los BRICS?
La actuación de los emergentes refleja un deseo de diversificar sus relaciones en el contexto de una globalización multipolar transaccional. No cuentan con un proyecto homogéneo
Los países emergentes englobados desde 2009 en el grupo BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) quieren desplazar al dólar y otras monedas occidentales. En la cumbre de Johannesburgo en agosto, los BRICS anunciaron la incorporación en 2024 de Arabia Saudita, Argentina, Emiratos Árabes Unidos, Egipto, Irán y Etiopía. Elevaría la población del grupo hasta el 36% del total mundial y su PIB al 43% del global. También desean una divisa emitida por los BRICS.
Pero la hegemonía del dólar, sumada a la de las otras divisas occidentales, es aún abrumadora. Constituye el 58% (6,4 billones de dólares) de las reservas de los bancos centrales, seguido del euro con un 20% (2,2 billones), el yen (5,5%), la libra esterlina el (4,9%), el yuan chino con únicamente un 2,7%, el dólar canadiense (2,4%) y el dólar australiano (2%). Por consiguiente, las reservas de los bancos centrales se componen en un 91,7% (más de 10 billones) de divisas occidentales por 2,7% y 298.000 millones del yuan chino. El 40% de las transacciones comerciales mundiales se realizan en dólares. Entre 2009 y 2019, se empleó el dólar para el 96% de los intercambios comerciales en las Américas, 74% en la región Asia-Pacífico y 79% en el resto del mundo. En 2022, un 49,6% de las importaciones a la UE se pagaron en dólares y 41,6% en euros, mientras que para las exportaciones las cifras respectivas fueron 49,4% en euros y 31,8% en dólares. El dólar es una de las monedas en el 88% de intercambios de divisas, el euro en 30% y el yuan solamente en 7%. Los pagos de deuda pública y de las materias primas también se efectúan predominantemente en dólares. La mitad de la deuda internacional está denominada en dólares. EEUU asimismo tiene los mercados financieros y bursátiles más potentes y líquidos, mientras que los chinos no están liberalizados. Entre las mayores bolsas mundiales, la capitalización bursátil conjunta de las occidentales es 3,4 veces mayor que las de China y los emergentes. Las estadounidenses NYSE (24,3 billones) y Nasdaq (20,13 billones) ocupan las primeras dos plazas. Junto a las europeas EURONEXT (6,4), japonesa JPX (5,6) y LSE Group (3,1) ascienden a 59,5 billones de dólares, mientras que las chinas de Shanghái (6,9), Shenzhen (4,6), la NSE de India (3,2) y la de Arabia Saudita (2,8) suman 17,5 billones.
Las restricciones aplicadas por Occidente a inversiones y comercio con China de productos de tecnología avanzada reducirán su atracción de capital. Pekín además se enfrenta a una ralentización fuerte debida a su endeudado sector inmobiliario, paro juvenil del 20% y reducción de exportaciones y consumo. Organismos promovidos por China y Rusia desde hace años no han alterado la superioridad geopolítica occidental. La Organización de Cooperación de Shanghái, Iniciativa de la Franja y la Ruta o la Unión Aduanera Euroasiática (183 millones de personas, PIB de 2,4 billones) tienen poca trascendencia. En cambio, la OTAN está integrada por 31 países con una población total de 957 millones de personas y la UE por 27 estados con una población de 448 millones y un PIB de 17,8 billones.
Vladimir Putin quiere romper el aislamiento que padece a raíz de su invasión de Ucrania. La coalición occidental contra Rusia está formada por EEUU, la UE, Reino Unido, Canadá, Japón, Corea, Australia, Nueva Zelanda, Taiwán, Singapur y Suiza. Su PIB conjunto es de 55 billones, netamente superior al de Rusia (2 billones) y China (17,9). Putin sí ha logrado que India, Brasil, Sudáfrica, Turquía, Indonesia y otros emergentes continúen comprando sus hidrocarburos, metales y productos agrícolas. De las 1.000 multinacionales que han abandonado Rusia, únicamente X no son de países de la coalición occidental. India, Brasil y Turquía han aumentado sus importaciones de petróleo ruso, que Putin ofrece a precio descontado. Pero el volumen de comercio bilateral de India con Rusia (39.000 millones) y de Brasil con Rusia (9.800 millones) parte de un nivel muy reducido. La actuación de los emergentes refleja un deseo de diversificar sus relaciones en el contexto de una globalización multipolar transaccional. No cuentan con un proyecto homogéneo. Turquía se ha alineado nuevamente con Occidente al levantar su veto a la adhesión de Suecia y comprará cazas F-16 a EEUU. Pekín desde hace décadas es el mayor suministrador de armamento a Pakistán, el gran enemigo de Nueva Deli. India se ha integrado en el cuarteto del QUAD (con EEUU, Australia y Japón), cuyo objetivo es frenar la expansión de China en el área del Indo-Pacífico.
Catorce de las primeras veinte economías del mundo por tamaño de PIB pertenecen a la coalición occidental. La ampliación de los BRICS sólo aportará Arabia Saudita (decimoctava economía mundial), Argentina (23) sujeto al resultado de sus elecciones, Emiratos Árabes Unidos (33) y un Egipto (41) fuertemente dependiente de la ayuda económica de EEUU. Desde la confianza que otorga la supremacía económica, financiera y militar occidental, los aliados deben aplicar medidas duras para debilitar los lazos de los emergentes con Rusia.
Dr. Alexandre Muns Rubiol. Profesor, EAE Business School
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