Sin Perdón
El cordón sanitario contra Le Pen
«Macron ha conseguido cerrar el paso a Le Pen, pero tendrá que gobernar con Mélenchon que es un político radical, demagogo y masón»
Lo sucedido en Francia ha sido una gran sorpresa, pero que confirma que la propaganda es un arma muy poderosa. Al igual que hace Sánchez, la izquierda política y mediática francesa se ha movilizado al grito de «No pasarán», por utilizar el símil guerracivilista que tan grato resulta para los comunistas y los antisistema. Los medios de comunicación y los periodistas han sido, son y seguirán siendo muy importantes en la información política en contra de lo que creen formaciones como la Agrupación Nacional de Marine Le Pen, Trump o Vox. El resultado de la segunda vuelta de las elecciones legislativas francesas ha demostrado la utilidad del apoyo mediático al Frente Popular, que fue un invento inspirado por la Unión Soviética en los años treinta para destruir las democracias. El dilema es elegir entre la izquierda radical de Mélenchon y el partido de la derecha radical que lidera Le Pen. Por supuesto, la clave para alcanzar el éxito era provocar el miedo ante un gobierno de la ultraderecha y que sería la primera vez que esto se produciría desde el gobierno títere de Vichy liderado por Pétain y Laval. El remontarse a la ocupación nazi tiene sus ventajas.
Macron ha conseguido cerrar el paso a Le Pen, pero tendrá que gobernar con Mélenchon que es un político radical, demagogo y masón. No tendrá a la extrema derecha al frente del gobierno, pero a cambio ya ha tenido que escuchar al líder de la payasada de la Francia Insumisa exigirle que «debe inclinarse y aceptar su derrota». Un aspecto positivo es que su partido ha quedado segundo superando a Le Pen. Otra realidad es que ninguno de los candidatos tiene formación, experiencia y categoría para ser primer ministro. La continuidad de Attal, que es una especie de miniMacron, resultaba ridícula y patética. Su único mérito conocido es tener una ilimitada devoción al líder. Mélenchon es una auténtica catástrofe, aunque es uno de esos populistas que sirven de inspiración a Sánchez y que encaja a la perfección en los modelos de la izquierda radical iberoamericana. Por supuesto, el irrelevante y mediocre Bardella sonaba a cachondeo. Su única formación a los 28 años es haber sido estudiante de Geografía en la Sorbona, aunque abandonó para emprender una exitosa carrera en el partido de Le Pen.
Francisco Marhuenda es catedrático de Derecho Público e Historia de las Instituciones (UNIE).
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