Quisicosas

La desconcertante condición de madre

Será el primer santo millenial y un patrón de las redes sociales, en las que desarrolló una web que recoge los milagros eucarísticos de la Historia

Ya lo saben, nadie enseña a ser padre. Vas en el ascensor y tu hijo –en ese espacio estrechísimo y sofocante– mira fijamente a la señora y dice «Mamá, ¿por qué es tan gorda?». Pero los hay más imprevisibles aún. Tener un hijo santo, por ejemplo. Antonia Salzano, que confiesa que sólo había pisado tres veces la Iglesia (bautizo, comunión y boda), se las vio con un chaval que, con cinco años, desarrolló una fe ferviente; con siete se determinó a llegar al cielo y, a partir de esa edad, entraba en las iglesias para rezar por las ánimas del purgatorio y privilegiaba a los mendigos entre sus amistades. Si a mí me han desconcertado las preguntas de mis hijos, Antonia tuvo que estudiar Teología para responder a las de Carlo Acutis.

Aunque aprendió sobre la Santísima Trinidad o la vida eterna, no dejó de sobresaltarse el día que Carlo le dijo que se moría. Tenía 15 años, «pensábamos que bromeaba, apenas padecía una gripe». Pocos días más tarde, el médico de cabecera los envió muy alarmado al hospital. Antes de entrar, el muchacho anunció que no saldría de allí. Nadie le creyó, pero el diagnóstico fue de leucemia fulminante y Carlo apenas vivió cinco días. Murió con una sonrisa en los labios, sin miedo ninguno y encaminado a lo que consideraba la mayor de sus felicidades.

Apenas repuesta del susto, Antonia recibió noticia de que en el funeral se había producido su primer milagro, una mujer enferma de cáncer de mama se había curado súbitamente. Dos compañeras de clase, muy afligidas por su fallecimiento, recibieron en la misma noche la visita de Carlo en sueños. A ambas las conminó a dejar de llorar, porque se encontraba estupendamente.

La vida de Antonia no dejó de ser tan vertiginosa como durante el tiempo que compartió con su hijo. Deseaba quedarse embarazada de nuevo, pero los niños no venían: «Carlo se me apareció en el sueño, para decirme que quedaría en estado». Antonia y su marido tuvieron dos hijos más, que actualmente pasan los veinte años y acudirán a la próxima canonización de su hermano. Francisco ha anunciado que Carlo Acutis subirá a los altares en abril de 2025. Será el primer santo millenial y un patrón de las redes sociales, en las que desarrolló una web que recoge los milagros eucarísticos de la Historia. Le gustaban los videojuegos, los deportes y salir con los amigos. Antonia reconoce que su muerte fue una prueba suprema, pero a la vez un extraño bien que ha traído una lluvia de venturas. «No hay por qué temer a la muerte –añade– es la entrada a una dimensión mejor». Las cosas que una aprende de sus propios hijos.