Huelga de taxis

Con violencia el taxi pierde la razón

Lo único que está claro en el conflicto abierto entre el sector del taxi y los VTC (vehículos de alquiler con conductor) es que debe haber una solución que contente a las dos partes y que nadie se sienta perjudicado dentro de lo razonable. Puede que con la actual huelga no se consiga el acuerdo definitivo, mucho menos con violencia, pero sí alcanzar algunos mínimos sobre el régimen de contratación de los VTC: en Barcelona piden que se tenga que hacer con un máximo de 24 horas y en Madrid, de seis. También sería posible que se cumpla el ratio que ya introdujo el gobierno del PP y actualizó por un decreto ley el ministro Ábalos de un VTC por treinta taxis. El traspaso de la competencia sobre este tema a las comunidades, tal y como hizo el actual ministro de Fomento, no ha ayudado a una racionalización de las negociaciones. Pero todo esto puede negociarse en una mesa, lo realmente inaceptable es que se quiera imponer ya no con una huelga total en la que los únicos perjudicados son los usuarios, sino hacerlo por la fuerza, con violencia y causando graves daños. Las agresiones a conductores y coches VTC sólo perjudicarán al sector del taxi, cuyos argumentos perderán toda la razón.