Canela fina
Elena Sánchez
«Es una periodista seria, responsable, ecuánime y sagaz, que ha acumulado experiencia a lo largo de una intensa vida profesional»
Sería yo un miserable si no publicara mi opinión sobre Elena Sánchez, ahora que algunos la agreden, la desdeñan o se mofan de ella. He seguido a la actual presidenta de RTVE desde que empezó su carrera profesional. Es una periodista seria, responsable, ecuánime, con vasta experiencia, extraordinariamente sagaz. Conoce la profesión a fondo y ha dedicado a ella toda su vida. Noam Chomsky, al desmenuzar el mundo de la comunicación, hace hincapié en el valor de la experiencia.
Los éxitos de Elena Sánchez son innumerables. En los años ochenta ya competía, y muchas veces con ventaja, con Piqueras o Luis de Benito. Potenció el canal 24 horas. Sustituyó a Piqueras en el espacio de debate Enfoque y multiplicó su audiencia. Resultó clave en el espacio Imprescindibles y demostró generosidad hacia los profesionales del periodismo. Nunca fue sectaria ni excluyente. Iñaki Gabilondo, el gran periodista audiovisual que debería estar en la Real Academia Española, distingue con su admiración a Elena Sánchez. Como Defensora del Espectador realizó una ingente labor en defensa de los derechos de todos aquellos que se informan o entretienen ante la pequeña pantalla.
Elena Sánchez es una mujer de gran inteligencia, sosegada, y prudente. Se distingue también por su capacidad para el trabajo. No se cansa nunca. Es constructiva y positiva. Como secretaria general de RTVE conoció el laberinto interno de la televisión pública y tuvo conciencia de los problemas que agobian a la Institución. Fue también presidenta del Observatorio de Igualdad de RTVE.
Elena Sánchez tiene derecho a pensar como quiera. Y, por supuesto, con ella se puede coincidir; de ella se puede discrepar. Tendrá sin duda defectos, como los tenemos todos. Lo que no resulta de recibo, es insultarla o menospreciar su capacidad profesional. Televisión Española tiene hoy en su cabeza a una de las mejores periodistas que ha generado nuestro país en el último medio siglo y que está avalada por largos, larguísimos años de ejercicio profesional. Lo menos que pueden hacer los discrepantes, de forma especial los políticos, es respetarla profesionalmente y criticar su labor sin descalificaciones.
He dedicado, en fin, mi larga vida al ejercicio del periodismo. Escribir estas palabras de reconocimiento a la calidad de una compañera excepcional me parece que es un deber. Y además una satisfacción.
Luis María Anson,de la Real Academia Española
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