Big data

España y Francia, más cercanas en el seno de la Unión Europea

Las dos naciones soportan conjuntamente el 27,1% de la población extranjera de toda la UE.

España y Francia, dos naciones vecinas separadas por los Pirineos, a veces aliadas, a veces enemigas. En ocasiones ambas naciones han llegado a la guerra. Hoy son países socios en el seno de la Unión Europea, pero mantienen discrepancias por intereses nacionales diferentes especialmente en el Magreb, en donde tradicionalmente Francia tenía una poderosa influencia, pero en las últimas décadas España ha ido ganando terreno frente a Francia. De hecho las relaciones diplomáticas entre París y Rabat se encuentran en uno de sus momentos más conflictivos desde la independencia de los norte africanos, mientras que Madrid mejora su relación con Rabat, y EEUU e Israel cubren parte del hueco dejado por Francia en el reino alauí.

España Vs. Francia
España Vs. FranciaLa Razón

El binomio España-Francia representa el 28,6 por ciento de la superficie de la Unión Europea, son las dos naciones más grandes, con 638.475 km2 Francia y 505-983 km2 España. En cuanto a población entre ambos países sumamos el 25,9 por ciento de los habitantes de la UE; 68.1 millones Francia y 48,1 millones España.

Mayor divergencia en las cifras la encontramos al comparar el tamaño de ambas economías; la española representa el 8,6 por ciento del PIB de la UE, con 1.461.889 millones de euros, mientras que la francesa supone el 16,6 por ciento del PIB de la Unión, con 2.822.455 millones de euros. Como resultado la renta per cápita del PIB español es de 30.320€, mientras que la francesa es de 41.330€. Siendo la media de la EU de 37.797€.

Ambas economías reúnen el 25,2 por ciento del PIB de la Unión Europea, pero el 33,2 por ciento del total de la deuda pública de la Unión. La deuda española es de 1,6 billones de euros, el 11,2 por ciento del total europeo, mientras que la francesa es de 3,1 billones de euros, suponiendo el 22,0 por ciento del total.

Las dos naciones sufren las mayores tasas de inmigrantes residentes, solo superadas por Alemania. En Francia el 14,2 por ciento de los habitantes son extranjeros, son 9,0 millones. En España el porcentaje de extranjeros alcanza ya el 12,9 por ciento de la población y son 8,2 millones. Francia y España soportan conjuntamente el 27,1 por ciento de la población extranjera de la Unión Europea. Pero estos datos se quedan cortos, pues si profundizamos más en el asunto, hay que tener en cuenta a aquellos ciudadanos que tienen la nacionalidad española o francesa por haber nacido en estos territorios, aunque sus padres son extranjeros, por lo que legalmente son ciudadanos nacionales, no extranjeros, pero sí de origen extranjero.

Este fenómeno se agrava más aún en Francia, en donde la inmigración de las antiguas colonias se disparó en los años sesenta. Por lo que llevan más de 6 décadas sumando como franceses a personas que no son de origen francés. De ahí la percepción tan extendida en Francia contra la inmigración, especialmente manifiesta desde la década de los noventa del siglo XX, que dio lugar al nacimiento de la ultra derecha, que ya es el primer partido en Francia. De hecho, hoy los franceses están llamados a las urnas, en segunda vuelta, en donde deben decidir si conceden la mayoría absoluta al partido de Marine Le Pen, o al frente republicano, la coalición entre los comunistas del radical Jean-Luc Mélenchon apoyada por Macron. A tenor de las últimas encuestas, el Agrupación Nacional (RN), el partido de Le Pen con Jordan Bardella como candidato, no alcanzaría la mayoría absoluta.

En España la inmigración exterior comenzó a acelerarse con el cambio de siglo, por lo que es más reciente, aunque ya estamos en unas tasas porcentuales muy similares. La ventaja de España es que la cultura dominante de los inmigrantes es hispanoamericana, procedentes de lo que fueron provincias españolas, que no colonias. Su lengua, su cultura, su religión, su historia, compartidas con nosotros, no genera el rechazo a otras culturas diferentes. De ahí los mejores resultados electorales de los ultras galos, aunque se aprecia ya un cambio, pues en las últimas elecciones autonómicas catalanas, el partido xenófobo e independentista de la alcaldesa de Ripoll, Gerona, Aliança Catalana (AC) obtuvo dos escaños, logrando llegar al Parlamento de Cataluña en los primeros comicios a nivel autonómico a los que se presentaba.