Parresía

Estupor y silencio

¿De dónde vendría el dinero que manejaban los imputados? ¿Dónde estará el que falta? Quien calla, otorga

Un menguante José Luis Ábalos ha tenido que desfilar por cuarta vez ante el Tribunal Supremo junto a una ayudante muy preocupada por el equilibrio psicológico del exministro (y excesivamente violenta con nuestros reporteros, queriendo tapar cámaras). Koldo García ha reaparecido un día después que su antaño jefe por las calles, con su boina y su mochila, caminando, apacible, hacia la sala Segunda del Supremo. Preparado para ir a prisión, o a lo que su señoría quisiera.

Tan locuaces ambos, tantas veces, en prensa y televisión y, sin embargo, tan callados ambos en sede judicial. Llevaron y llevarán, mal que les pese, vidas paralelas. Si nadie habla de las chistorras, las lechugas y los sobres de dinero con el logo socialista, el juez tendrá que atenerse al material de la UCO del que dispone. ¿De dónde vendría el dinero que manejaban los imputados? ¿Dónde estará el que falta? Quien calla, otorga.

El juez Leopoldo Puente debe de estar hasta las narices de que le vacilen Santos Cerdán, Ábalos y Koldo. Imagina que eres él –en esta situación concreta, instruyendo este caso– y se te presentan mudos el número 3 del PSOE, el exministro de Transportes y su exasistente. Los tres acogiéndose a su derecho a no declarar. No me extrañan los autos del magistrado, incluso su estupor al comprobar que Ábalos continúa con su escaño. Al plasmar esa idea en un papel, enseguida le han llovido las críticas del Gobierno, por meterse en lo que no le llaman. Conviene recordar que Leopoldo Puente es un juez de larga trayectoria y sensibilidad progresista que, durante un tiempo, formó parte de Juezas y Jueces para la Democracia, la asociación profesional más cercana a las tesis socialistas.

También ha querido guardar silencio esta semana, expresamente, en el Senado, la empresaria Carmen Pano (en su momento, suegra del empresario Víctor de Aldama). Nos hemos quedado con las ganas de que Pano explique de dónde salen esas bolsas con dinero que ella misma asegura haber llevado a Ferraz.

Visto lo visto, qué despropósito todo, y qué ganas tengo ya de escuchar a alguien hablar. Empezando por el presidente del Gobierno en la Cámara Alta, el próximo 30 de octubre.

Pedro Sánchez puede acogerse a su derecho a no declarar en la comisión de investigación del caso Koldo, pero hablará, digo yo. Otra cosa es que conteste lo que le pregunte el PP acerca de esa trama. Ocurrirá, quizá, lo mismo que vemos cada miércoles en el Congreso: sesiones de control al Gobierno que no sirven para nada.

Entretanto, este país nuestro que trabaja y, con esfuerzo, llega a fin de mes, observa en silencio a sus políticos. Quizá ahí, en ese silencio, se esconde la verdadera noticia de la semana.