Tribuna

Hispania Nostra

Siento que la sociedad no sea más sensible a estas iniciativas que muchas veces las administraciones no miran con cariño

Valencia arropó, hospitalaria como siempre, unas jornadas sobre premios Hispania Nostra inauguradas por su vicepresidente Luis Cueto y por Carmen Amoraga, directora general de Cultura de la Generalitat valenciana, concedidos en esta Comunidad, en Cataluña, Aragón y Baleares. Pretendía evaluar resultados, incentivar nuevas propuestas, contrastar experiencias. El Monasterio de San Miguel de los Reyes sirvió de marco para el encuentro. Aquella primitiva alquería islámica albergó con la Reconquista el Monasterio cisterciense de San Bernardo de Rascaña que se amplió en el XVI bajo el amparo de Fernando de Aragón y los Jerónimos. De ahí su actual nombre. Desamortizado a mitad del XIX sufrió años de abandono y pillaje hasta que en 1879 se reestructuró convirtiéndolo en presidio que funcionó prácticamente hasta 1960. Ejemplo remarcable de restauración y recuperación –arquitectos del gobierno Zaplana– respetando sus huellas históricas. Hoy alberga la Academia Valenciana de la Lengua y la importante Biblioteca y Depósito Bibliotecario básico de la Generalitat Valenciana.

No se optaba a ningún premio, ni se trataba de agradecerlos. Ello proporcionó al encuentro un clima relajado, participativo, yo añadiría honesto. Simplemente se pretendía exponer en un trozo entrañable de la España mediterránea, nuestra riqueza cultural que se pretende «compartir con Europa», aplaudiendo iniciativas particulares, inventando nuevas formas de colaboración, dando la bienvenida a quienes presentan proyectos de recuperación. Siempre presente el lema principal de Hispania Nostra: «Patrimonio somos todos» que cubre indiscutiblemente un hueco al que no quieren o no pueden acceder las administraciones públicas. Yo eché de menos que ningún representante de ellas –Patrimonio/Cultura incluso de Hacienda/Mecenazgo– siguiera las jornadas. Tengo claro que, si las iniciativas no nacen de los propios centros de poder, no apoyan. El Consell Insular de Menorca acaba de repartir dos millones de euros entre avispados usuarios de las redes, cuando entre las tres entidades que representábamos a la Isla en Valencia (1) no sumamos más de 21.000 anuales en apoyos por la recuperación de un patrimonio que gestionamos con esfuerzo.

Tras cuarenta años de vida, Hispania Nostra continúa hoy con un equipo asentado en toda España –14 delegaciones– que preside Araceli Pereda bien apoyada por una dinámica directora general, Bárbara Cordero, y un sencillo y eficaz equipo.

Escuchar cómo se han digitalizado las pinturas de la Sala Capitular del Monasterio de Sigena, como se ha revitalizado Santa María de Albarracín de la mano de Antonio Jiménez o cómo el arquitecto Sergio Sebastián describía la rehabilitación del Camino de Santiago sorteando el embalse de Yesa en Huesca, o cómo María Teresa Adell al frente de la Mancomunidad de La Senia han salvado olivos milenarios –mostró uno de 1.700 años– a la vez que promocionaban la venta de aceites de calidad, constituyó un gran estímulo. A ellos se sumaron Ángel Cerezo explicando cómo dio vida a el Parque de las Aguas en Cornellá de Llobregat o un entusiasta Enrique Masiá, con la moral propia de su ciudad Alcoy, explicaba cómo del entorno urbanísticamente hostil de varios edificios industriales –Ferrándiz, Carbonell, etc.– se había recuperado una hermosa plaza urbana y el campus de su Universidad Politécnica. José Antonio López Mira y José Luis Simón de la Dirección General de Cultura de Alicante, explicaron los resultados de consolidación y puesta en valor de la zona arqueológica de las Dunas de Guardamar.

Oportunidad tuvimos la representación de Menorca de presentar tres proyectos premiados por Hispania Nostra, dos de ellos distinguidos por Europa Nostra. Se valoró positivamente que un territorio reducido como la Balear Menor hubiese recibido estos reconocimientos.

Por supuesto ilusión, trabajo «sin ánimo de lucro», paciencia, tenacidad y valentía ante las trabas burocráticas.

Anoté: «hablamos de piedras y olivos milenarios, de industrias reconvertidas, de puentes y caminos, de dunas, paisajes, canteras y hospitales. Pero tras ellas hay almas, personas como Enrique, Sergio, Carmela, Ángel, Teresa, Manuel, Laeticia, José Vicente, etc. Por supuesto Araceli, Bárbara, Charo, Teresa, Blanca, Beatriz, Jesús, Raquel...».

Siento que la sociedad no sea más sensible a estas iniciativas que muchas veces las administraciones no miran con cariño. Porque la lista de proyectos contenidos en su Lista Roja, es decir, pendientes de salvamento, es larga: 1.275 sometidos al riesgo de desaparecer o alterar la esencia de sus valores como el Castillo de Anguix en Sayatón. Pero también lo es la lista verde con 206: es decir, proyectos en vías de solución gracias al mecenazgo o los microcréditos, como se ha hecho en el Palacio de los Marqueses de Peñaflor en Écija. Triste la lista negra de16 ilusiones condenadas al fracaso. Especialmente doloroso para mí, la pérdida del Hospital Militar de Santoña. Y sin saber hoy si un día habrá que recurrir a Hispania Nostra para salvar Montjuïc o San Cristóbal, fortalezas que Defensa ha dejado peligrosamente en manos de nacionalismos excluyentes catalanes y navarros.

¡Gracias Hispania Nostra!

(1) Canteras de S´Hostal/Lithica; Paisaje natural de Punta Nati; Hospital Naval británico de la Isla del Rey.

Luis Alejandre Sinteses general (R).