Sin Perdón

La impunidad que quiere Judas Puigdemont

«Debería exigir una amnistía lo suficientemente amplia, que incluya deudas a Hacienda y multas de tráfico»

No se qué más hará Sánchez para comprar los votos de Judas Puigdemont. Es evidente que está dispuesto a lo que sea y cuenta con el aval de los militantes socialistas que se sienten muy felices con otorgar la impunidad, pagar 15.000 millones de euros y entregar las concesiones que ha logrado su enemigo Junqueras. El fugado ha descubierto una nueva palabra y exige que se negocie el «lawfare» para desatascar la negociación. Su traducción es guerra jurídica o guerra judicial. Como Sánchez está dispuesto a dinamitar la división de poderes con la amnistía, supongo que no le importará amordazar a los jueces para complacer a un delincuente político. Es decir, quiere incluir en la amnistía lo que denomina la persecución judicial que sufren algunos independentistas a través de causas que no están directamente relacionadas con la organización y la defensa del 1-O. Es una barra libre donde cabe todo. Esta ley de punto final es otro escándalo que Sánchez está dispuesto a asumir con tal de mantenerse en La Moncloa. Es una buena oportunidad para incluir la corrupción, el clientelismo…

Puigdemont debería exigir una redacción lo suficientemente amplia que incluya las deudas a Hacienda y las multas de tráfico. Es injusto que él y sus amigos sean los únicos que se beneficien. Lo mejor es contar con una página en internet para que todos los independentistas catalanes se inscriban. El siguiente paso será exigir indemnizaciones por el «lawfare». Otra baza negociadora será conseguir el control de la Justicia en Cataluña, que es un viejo sueño nacionalista, junto a la Hacienda, para así acabar con el imperio de la ley. Con tanto ignorante pululando en la negociación pensarán que es el nombre de alguna película del Oeste. Con jueces independentistas nombrados a dedo podrían hacer lo que les diera en gana. Cuando se firme el pacto se producirá la cesión de un gran número de los edificios del Estado gracias a la comisión negociadora que se inventó Junqueras. Por tanto, podrán alquilar locales y edificios que les cedan, a un precio elevado, los amigos de Puigdemont.

Francisco Marhuendaes catedrático de Derecho Público e Historia de las Instituciones (UNIE)