El trípode

La JMJ de Lisboa… y Fátima

Mención especial merece en el marco de la visita del Papa, la citada estancia en Fátima

Ayer comenzó en Lisboa una nueva edición de la Jornada Mundial de la Juventud JMJ, que se extenderá hasta el próximo domingo 6 de agosto. Hoy se incorpora a ella el Papa Francisco, que permanecerá en Portugal hasta esa fecha precedida de una visita a Fátima el día 5.

España ha acogido dos ediciones, en 1989 con San Juan Pablo II en Santiago de Compostela y en Madrid en 2011 con el papa Benedicto XVI. Esta será la segunda visita de Francisco a Portugal, no habiéndolo efectuado todavía a España en sus diez años de pontificado. La actual edición de la JMJ se convoca bajo el lema de «Y se fue con prisas a la montaña», que evoca el pasaje del evangelio de san Lucas 1,39, que recoge la partida de la Virgen María desde Nazaret a Ain Karem, localidad montañosa próxima a Jerusalén, para visitar a su prima santa Isabel, que en su ancianidad estaba embarazada de seis meses de San Juan Bautista, el precursor de Jesús de quien a su vez estaba embarazada de tres meses la Santísima Virgen. El lema escogido sintoniza con el reiterado deseo de Francisco a salir de uno mismo para ir a las periferias y atraer a todos a Jesucristo. El lema ha sido objeto de controversia pública por unas presuntas declaraciones del coordinador de las Jornadas, Monseñor Américo Aguiar, obispo auxiliar de la histórica diócesis de Lisboa, de la que es titular un Cardenal Patriarca, (aunque ya ha sido anunciada la próxima «creación» suya como príncipe de la Iglesia en el Consistorio de 30 de septiembre). En esas declaraciones –luego matizadas por el prelado– habría dicho que en la JMJ «no se pretende acercar a los jóvenes a Cristo», por cuanto eso sería proselitismo, entendido como «forzar» a acoger la fe católica. Tendremos ocasión de comprobarlo, aunque alguno de los muchos obispos que participan en los numerosos encuentros previstos, afirma que le habían invitado a disertar con los jóvenes sobre el «cambio climático».

Mención especial merece en el marco de la visita del Papa, la citada estancia en Fátima. Una razón es que coincide con ser primer sábado de mes, devoción establecida por la Virgen de Fátima –dada a conocer a la vidente Lucía el 10 de diciembre de 1925 en Pontevedra–, para contribuir a difundir la devoción a su Corazón Inmaculado y salvar a muchas almas de condenarse. La otra razón es la coincidencia de esa visita con la escala que se anuncia en unas semanas en Rusia, con ocasión de su viaje a Mongolia: Fátima, Rusia y la guerra…: Hablaremos de ello.