Sin Perdón

La lawesfera de Sánchez

«Los diputados de la mayoría son marionetas. Antaño eran comprados con sinecuras, ahora son baratos, basta con el escaño»

La definición clásica de la separación de poderes establece la existencia de tres: Legislativo, Judicial y Ejecutivo. En la época del Antiguo Régimen, y todavía en mayor medida si nos remontamos a la Edad Media, no existía. Había una confusión de Estados y todo giraba alrededor del soberano. Al margen de la interesante discusión académica sobre el feudalismo y su influencia en los reinos medievales hispanos, la Justicia era compleja en ese periodo, pero había una instancia máxima que era el rey. Tras escuchar a Sánchez y sus seguidores instalados en su lawesfera está claro que hay que volver a ese modelo de confusión de Estados y primacía del Ejecutivo que encontramos en la Edad Media. Posteriormente, cuando surgía una dificultad, como sucedió en las Alteraciones de Aragón, se podía acudir a la jurisdicción de la Inquisición. En la actualidad, lo que sucede con Armengol es muy similar al papel que tenían las Cortes. Es cierto que ahora convocan y celebran sus reuniones de pleno y comisiones, pero el poder real está en manos de Sánchez, cuando le deja Puigdemont. Los diputados de la mayoría son marionetas, como sucedía antaño. Entonces eran comprados con sinecuras, mientras que ahora son baratos y basta con el escaño.

La culminación del proyecto sanchista será la lawesfera, que es el equivalente de la Estrella de la Muerte de la Guerra de las Galaxias. El control del Poder Judicial hará que Sánchez pueda impartir Justicia o injusticia según le venga en gana. Todos recordamos la película «Juez Dredd». Los magistrados que desagraden a los independentistas y los bilduetarras tendrían que hacer como Max von Sydow, en su interpretación como máximo responsable del sistema de Mega-City One, basado en un cuerpo de jueces cuyo papel combina los de policía, juez, jurado y verdugo, y exiliarse a las «Tierras malditas». El sanchismo ha decidido, siguiendo la estrategia del Grupo de Puebla, que existe una lawfare. Por ello, la proposición de ley de amnistía pontifica sobre su constitucionalidad, algo insólito; Pumpido hará sus pumpidazos en el TC y Sánchez establece que los independentistas no cometieron actos de terrorismo. Por tanto, estamos a punto de alcanzar el estado feliz de la lawesfera.