Y volvieron cantando
Muñecos de paja
Definitivamente la estrategia de precampaña y también de campaña del partido socialista va a centrarse casi de manera monográfica en asar toda la carne posible de los fondos públicos que salen del bolsillo común
Atentos al «anuncio» que toque hoy sábado, aunque suele ocurrir que de tanto enfundarse el traje de oso, a algunos se le acaban viendo las costuras y la cremallera. La incansable fábrica de ideas ahora funcionando a toda máquina en La Moncloa bajo la supervisión de la guardia pretoriana que arropa a Pedro Sánchez, se ha propuesto no dejar un solo fin de semana antes de los comicios del «28-M» –para ser más exactos antes de diciembre– sin regalarnos a los periodistas un previo aviso «hoy el presidente hará una declaración de envergadura», transformado en un anuncio a los cuatro vientos a propósito de otro ambicioso avance social que tendrá reflejo con aprobación en próximo Consejo de ministros y que habrá llenado todas las portadas de periódicos y apertura de medios audiovisuales en el pre, el durante y el post. Definitivamente la estrategia de precampaña y también de campaña del partido socialista, –aunque esto no resulte precisamente ético en política– va a centrarse casi de manera monográfica en asar toda la carne posible de los fondos públicos que salen del bolsillo común y en enriquecer más páginas del BOE, preferentemente las que certifican prebendas y dádivas en forma de normas cuyo carácter fantasioso solo es demostrable en muchos casos cuando la fiesta se ha acabado y no queda ni el que apaga la luz.
El presidente anunciaba en acto de partido hace una semana la salida de cincuenta mil viviendas de la Sareb para «alquileres asequibles» comprometiéndose a elevar del 3 al 20 por cien la vivienda pública en España, todo un llamamiento a la feligresía para que vuelva a tragar con un nuevo acto de fe, sobre todo teniendo en cuenta que hablamos del mismo líder político que, no tan lejos en el tiempo, allá por 2021 tampoco dudaba en hacer otro «anuncio potente» prometiendo la construcción de cien mil viviendas, un tercio en alquiler joven y cien millones para hogares vulnerables… y aquí estamos, dos años después viendo cómo a la cantidad ejecutada hay que quitarle tres ceros. Pero nada importa y todo vale siempre y cuando dejemos de hablar de indultos, de eliminación de la sedición, de reforma de la malversación, del «IPC», de los fijos discontinuos o del grotesco «solo sí es sí». Y aquí la «brigada betacam» esperando un nuevo fin de semana otro muñeco de paja al que clavar el diente. Alpiste para los pollos.
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