Tribuna

Otros veraneos: en la Cumbre de Vilna

Ya no es novedad para nuestros contingentes convivir con la diversidad. Une en este caso la utilización de mismos procedimientos OTAN

No es la primera vez que me refiero a nuestros contingentes desplegados en los países bálticos, desde que en la Cumbre de Varsovia de 2016, los entonces 28 Jefes de Estado y de Gobierno de las naciones aliadas, acordaron entre otras medidas el establecimiento de una Presencia Avanzada Reforzada, «eFP» (enhanced Forward Presence) en Estonia, Letonia, Lituania y Polonia como medida de disuasión y defensa, para prevenir posibles conflictos y preservar la paz y estabilidad mas allá de las fronteras de la propia Alianza. Se incidía sobre una política militar rusa de hechos consumados –Crimea 2014–, cuyo último eslabón fue el ataque a Ucrania iniciado en febrero del pasado año, del que ahora se han cumplido 500 días de guerra.

No me refiero a nuestras amplias delegaciones que anteayer y ayer participaron en la Cumbre de la Alianza celebrada en Vilna. Solo pretende esta Tribuna acercarse a algunos participantes de su sistema de seguridad.

Actualmente tenemos desplegadas en los países bálticos dos baterías NASAMS (1): una en la base aérea de Lielvarde formando parte de nuestro contingente «eFP XIII», desplazada a Lituania para dar seguridad a la Cumbre junto con un destacamento aéreo del Ala 31, con un A-400, versión TK-23 de reabastecimiento en vuelo. La otra batería está en Amari en Estonia, procedente del Regimiento de Artillería Antiaérea nº 94 del Mando de Canarias como unidad generadora, que tiene por misión formar a las unidades del país en el sistema antiaéreo NASAMS a fin de «llenar un vacío crítico en nuestras capacidades de defensa aérea de mediado alcance» como manifestó su Ministro de Defensa Hanno Pevkur, agradeciendo a España su apoyo y proponiendo a los Aliados «establecer un modelo de rotación de defensa aérea a media cota, similar al de la Policía Aérea del Báltico».

El contingente «eFP XIII» formando parte del Battle Group canadiense en la Base de Adazi, cuenta con 529 efectivos de la Brigada Guadarrama como unidad generadora, con personal y medios de los batallones Covadonga y Uad Ras del Regimiento Mecanizado Asturias 31, del Regimiento de Caballería Acorazado «Alcázar de Toledo», del Mando de Artillería de Campaña y de la Agrupación Logística 21 de Sevilla. Desplegados a finales de junio permanecerán en zona hasta mediados de diciembre.

Comparando el testimonio de aquellos primeros 350 efectivos de 2016, al actual de 2023, se constata la mejora de las instalaciones de la Base de Adazi, ciudad al borde del río Gauja que desemboca en el Golfo de Riga, donde se han construido cuatro «Hostel» –uno de ellos completamente ocupado por el contingente español– dormitorios de cuatro, ducha y lavabo. Los que no caben siguen en «colimec,s», contenedores bien conocidos en aquellos lejanos destacamentos en Bosnia. Baño comunitario para 400 personas. Un equipo canadiense se encarga de organizar torneos, viajes a castillos o playas o clases de escalada. Tienda de artículos de primera necesidad. En la base aérea de Lielvarde, instalaciones en fase de mejora. Dormitorios de dos o tres personas. «Comida simple, pollo y cerdo además de arroz y patatas, junto a multitud de ensaladas y frutas para hacer la comida variada». Pienso en lo que opinarían sobre esta «comida simple» quienes formaron el primer contingente que llegó a Kabul un duro invierno de 2002.

Con los españoles conviven otros nueve contingentes. El mayor el de Canadá como «Frame Nation», con 628 militares. Tras nosotros con los referidos 529, Italia con 263, Polonia con 161, Eslovaquia con 116, la República Checa con 62, Eslovenia con 33, Albania con 20, Montenegro con 11 Macedonia Norte con 9. Ya no es novedad para nuestros contingentes convivir con la diversidad. Une en este caso la utilización de mismos procedimientos OTAN.

Posibles en esta misión, las visitas «turísticas» de las familias utilizando las comunicaciones aéreas con Riga. Un permiso de 90 horas permite compatibilizarlas. Buenas comunicaciones telefónicas y por redes. El Sargento Orlando Ceca dirá: «es duro veranear lejos de la familia, pero, sabiendo que estamos aquí por algo tan importante como ayudar a un país aliado, hace que sea más llevadero». La también Sargento María Demelsa Rocamora, madre de dos hijos y esposa de militar, dice que esta misión es muy diferente a Afganistán donde sirvió. «Aquí el ritmo y las instalaciones son de un país europeo, aunque el trabajar diariamente en inglés con gente de diez nacionalidades hace que la misión sea todo un reto».

En otro nivel, pero bajo el manto de seguridad de sus fuerzas, la importante Cumbre de Vilna ha abordado problemas difíciles para la Alianza Atlántica, vitales para la seguridad de todos.

¡Gracias a quienes aquí planificando y proyectando, allí desplegando, aportáis vuestro esfuerzo!

(1) Norvegian Advanced Surface to Air Missile System