«De Bellum luce»

La pareja imperfecta

Ella se queja de que no puede salir ni a la calle y hasta dice que no se está haciendo todo lo que se debería hacer por protegerla. Y él está nervioso, enfadado, y muy incómodo con la situación

«Ya no funcionan ni como pareja y eso es un elemento más de desestabilización». A quien hace esta reflexión no le preocupa que no se hablen. Ni siquiera le preocupa que pueda descubrirse el pastel y dejen de ser útiles las filtraciones sobre la unión de la pareja o la imágenes, planificadas, de miradas cómplices y manos agarradas. Lo que le preocupa es que éste sea un elemento más de desestabilización a la hora de tomar decisiones en el momento más complicado para el partido.

En el desahogo, mi interlocutor continúa su reflexión poniendo en cuestión la huida hacia adelante de los últimos años, que ahora les deja «desnudos» ante los jueces. «Vamos a pagar todos los despropósitos institucionales y judiciales de esta etapa. La dinámica ya no tiene marcha atrás y ni siquiera tenemos con qué seguir comprando votos en el Congreso».

Quien me habla está fuera del círculo de confianza del jefe, aunque con buenas terminales donde se maneja la estrategia. Y lo que de allí le llega es que a los dos se les nota que están «muy tocados». Ella se queja de que no puede salir ni a la calle y hasta dice que no se está haciendo todo lo que se debería hacer por protegerla. Y él está nervioso, enfadado, y muy incómodo con la situación.

Como remate, les han comentado que se va diciendo que han hecho una gran compra inmobiliaria, con vistas al futuro, en una zona de Madrid muy noble, cerca de donde tiene algunas propiedades el ex portero del Real Madrid Iker Casillas, y su desazón ha terminado por dispararse. «No saben más que quejarse de que se están traspasando todas las líneas rojas en lo que afecta a su privacidad, sin ver ningún error propio».

Por cierto, una de las mujeres del equipo está con un pie en el aire, o quizás más bien habrá que decir que es un compañero quien la está empujando para hacerla caer y quedarse con el puesto. Y eso que él acaba de ser ascendido, pero no le debe parecer suficiente cuando lo que está en juego es la herencia y cómo se defiende el legado. Ella no tiene forma de protegerse porque quien la aupó hasta su actual trono es el que va diciendo que, una vez que perdió a su padrino, ya no hace falta seguir protegiéndola (menos mal que presumen de feministas)… «Si es que al final todo el problema va a estar en que no son una pareja perfecta», zanja mi interlocutor.