Insensateces
Portugal
La Selección de Rugby portugués está disfrutando todo el calor que la nuestra, seguramente, no sentiría en la misma situación
Qué bonito es el Mundial de Rugby. Es en Francia. Ojo. No todo va a favor. El Sur de Francia, bien, vale. Ahora visualicemos el resto. Voy a tratar de superar lo que supone la sede. Miren, el rugby es un deporte precioso y, justo ahora, se sublima en el Mundial. Son las mejores selecciones, muchas, recién llegadas e históricas. De países que han cuidado este deporte y de las que se suben al carro. Y, ahí, podría haber estado España. En su lugar, fue Portugal. No pudimos ir porque hubo alguna alineación indebida. Dos veces. Vamos a decirlo claro: nos saltamos la ley y nos pillaron. Que conste que en rugby los seleccionados no se acomodan a los de fútbol o a los de basket o a lo que Vds piensen. Esto es otra cosa y, resulta que es tan otra cosa que, los de rugby, pensaron que podían saltarse las reglas. Así que, una ve lo de Portugal en el Mundial y le da mucha pena lo nuestro. Porque ahí deberían estar Los Leones. Portugal llegó donde pudo. En su grupo no ganó un sólo partido, hasta que apareció lo de Fiyi. No se clasificó, pero ganó a los fiyianos. Un único partido en su trayectoria en este Mundial, pero ganó. Y a una potencia en el rugby. Así que, el entrenador de Fiyi, nada más acabar el partido, se fue a ver al vestuario luso para entregarles las camisetas de los que habían sido los primeros rivales vencidos en un Mundial. De tal manera que, cuando Portugal llegó a su país, esa selección de rugby, la Cenicienta, la invitada de descarte, fue recibida como lo que merecía, como una doncella empoderada y resistente, capaz de meterle cuello al más pintao. La Selección de Rugby portugués está disfrutando todo el calor que la nuestra, seguramente, no sentiría en la misma situación. No es que estemos pagando una sanción. No es que la Federación lo haya hecho mal. Es que tampoco empujamos. Ni los extraños ni los propios. Es que pedimos lo que no apoyamos. Así que, para la próxima, exigencia y apoyo. Y si no hay apoyo, no pidamos exigencia. Y, ahora, vayan a ver fútbol, que es más fácil.
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